Los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional apresaron ayer a 23 personas en una operación conjunta que desarticuló una de las organizaciones mafiosas de origen georgiano más antiguas y arraigadas en España, en la que dos de sus miembros murieron a tiros en 2016 en un ajuste de cuentas interno. En la operación, impulsada por la Fiscalía Anticorrupción y dirigida por el Juzgado de Instrucción número 2 de Tarrasa (Barcelona), se practicaron 23 detenciones y se registraron 13 inmuebles y locales de Barcelona, Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Mataró (Barcelona), Gavà (Barcelona), Cornellà de Llobregat (Barcelona) y Madrid, según detallan los Mossos y la Policía Nacional.

Una de las apresadas es la esposa del ladrón de ley Kakhaber Shushanashvili, actualmente preso en Francia y que fue condenado en España como cabecilla de una organización criminal de georgianos que se estableció en España y fue desarticulada en 2010 en la operación Java. Katerina M. presuntamente cobraba un sueldo de la caja común de la organización que ascendía a unos 6.000 euros mensuales mientras su esposo estaba en prisión. Shushanashvili fue condenado a 15 años de prisión por el Tribunal Supremo como jefe de una organización criminal asentada desde 2008 en Cataluña y el levante por los delitos de blanqueo, conspiración para el asesinato y tentativa de estafa.

La operación está ligada a un doble homicidio de dos miembros de la red en Tarrasa en 2016

En las distintas operaciones de esta investigación fueron arrestadas más de 40 personas, que conformaban células independientes pero subordinadas a la estructura ahora desarticulada y que se dedicaban al robo con fuerza continuado en domicilios de Cataluña. La operación está directamente relacionada con el crimen ocurrido el 4 de enero de 2016 en Tarrasa, un homicidio con arma de fuego de dos supuestos miembros de la red, en un ajuste de cuentas interno, ya que la organización se había dividido en varios entramados.

Tras dos años de investigación, los Mossos y la Policía llevaron ayer a cabo las detenciones de 23 supuestos miembros de la red, a los que acusan de crimen organizado y de blanqueo de capitales. Con esta operación, según las fuerzas de seguridad, se desmonta el nivel directivo de la organización, que hacía transitar y blanquear dinero y efectos procedentes de distintos delitos contra el patrimonio hacia estructuras superiores ubicadas fuera de España.

Los detenidos integran una de las bandas criminales de origen georgiano de más antigüedad y arraigo en España, con múltiples antecedentes y causas anteriores por pertenencia a esta mafia. Son más de 70 las personas que podrían estar relacionadas con los hechos investigados. El agregado de Georgia en España colaboró con la investigación, según los Mossos.