El entrenador del Sevilla, Manolo Jiménez, resaltó este viernes la importancia del partido de mañana al declarar que "ganando al Mallorca" su equipo confirmará "el resultado obtenido frente al Villarreal (0-2)" pero advirtió que el rival "no lo pondrá fácil y hay que trabajar para brindarle a la afición el triunfo".

Jiménez prevé que el Mallorca, pese a no jugarse nada, "saldrá motivado" y que la dificultad del choque estriba en medirse a "un buen equipo que ha cumplido su objetivo, que no tiene la tensión de los puntos que hay en juego, pero sí la tranquilidad de saber que si pierden no ocurre nada".

El técnico sevillista tiene "claro que vendrán a hacer su partido" y advirtió que "si se encierran, habrá que tener paciencia" y capacidad para crear "las mismas ocasiones que ante el Getafe" porque, aunque el Sevilla perdió ese partido (0-1), "seguro que esta vez alguna entrará".

Jiménez no teme que la grada estalle contra él en caso de un resultado negativo como con ocasión del último encuentro en casa, frente al Real Madrid (2-4), pues "la afición es soberana y tiene libertad para expresarse como quiera" y él entiende que está "capacitado para darle la vida, lo que haga falta".

El preparador andaluz se mostró ambicioso para el futuro y dijo estar "enrabietado por no poder adelantar a Guardiola ni a Juande Ramos", los técnicos de los dos equipos que preceden al Sevilla, aunque espera "seguir creciendo el año que viene, siendo ambicioso, peleando por algo más".

"La filosofía de este club es de crecimiento. Estoy seguro de que el resto de entrenadores, a excepción de los de Barcelona y Madrid, que están por encima, querrían entrenar al Sevilla. Este club, con el quinto o sexto presupuesto, es el tercero porque Barcelona y Madrid están intratables", agregó.

Jiménez resaltó que "el Sevilla tiene un pedazo de plantilla con magníficos profesionales que están peleando por algo muy grande" y cuyo deseo es "seguir creciendo".