Semana Santa

Palmas e incienso bajo un sol radiante

  • Los más pequeños protagonizaron un lucido Domingo de Ramos desde la mayor San Pedro

CON la tranquilidad brindada por un sol radiante y un cielo azul despejado, la procesión de las palmas atestó ayer la Plaza de San Pedro de pequeños y mayores que no quisieron perderse su discurrir en un Domingo de Ramos cuyo ambiente poco tuvo que ver con el del año pasado, cuando el susto de un fuerte chaparrón hizo temer lo peor a las puertas de la mayor de San Pedro, si bien finalmente la Hermandad de la Borriquita sí pudo salir a la calle.

A las 16:15 la cruz de guía de esta jovial cofradía cuyo hermano mayor es Francisco Muñoz Hierro cruzó el dintel de la parroquia, después de que sus 240 nazarenos, la mayoría de ellos niños, dieran buena cuenta de su saber estar en el interior del templo mientras el padre José Arturo Domínguez Asensio realizaba el rezo con el que se iniciaba la estación de penitencia.

El concejal de Cultura, Manuel Remesal, realizó la primera levantá y, tomado por el brillo de los rayos de sol, el canasto del paso dorado de misterio del Señor de la Entrada Triunfal en Jerusalén salió a la calle al son de la Marcha Real interpretada por la Agrupación Musical Santa Cruz, que realizó un magnífico trabajo musical, y bajo las órdenes de su capataz Manuel Hernández Corsi.

Mecido de costero a costero, el Cristo bajó la primera rampa y el intenso calor provocó el desplome de uno de los miembros de la banda, así como de una anciana en la plaza, minutos más tarde.

Subida la palmera del paso de misterio (uno de los estrenos de este año), el Señor bajó el porche a través de la dificultosa rampa, arrancando el aplauso de los cientos de allí congregados. Echado a tierra junto al balcón de las familias Flichi Redondo y Rodríguez Infante, previamente el procesionar cambió su itinerario, ya que en esta ocasión no circunvaló la plaza tras bajar por Licenciado Agustín de Mora hacia la calle Daoiz. Otra de las novedades de la hermandad fue la ropa de los acólitos turiferarios del cortejo litúrgico del paso de misterio.

Tras una primera levantá a cargo de Manuel Roméu, hermano mayor de la Cinta y pregonero de esta Semana Santa, el sencillo palio de Nuestra Señora de los Ángeles, la única de la Semana Santa sin lágrimas, salió a la calle desde la iglesia más antigua de la capital con sus velas rizadas y los capullos bien abiertos de bella rosas de distintas tonalidades, destacando las de color salmón (el vestidor y florista es Antonio Rivera). Las flores, de esta manera, lucieron acorde con el color de la restaurada y enriquecida saya que lucía un tono asalmonado. Los trabajos se llevaron a cabo en los talleres sevillanos de José Antonio Grande de León. Después de bajar desde el templo, padeciendo la caída del costero derecho debido a la pendiente del porche, y de dar prácticamente una vuelta de 180 grados para bajar desde San Pedro, el capataz, Francisco Rey Roque, aprovechó el momento para "ver si el eco de este martillazo llega al hospital Virgen del Rocío, donde se encuentra una amiga mía, Rita".

Tras la levantá, una petalada desde el balcón de la familia Flores Pérez, con sus pequeños a la cabeza, llenó de color la calurosa tarde en la capital. Una larga chicotá al son de las marchas de la Banda de Nuestra Señora de las Mercedes de Bollullos, que este año celebra su 50º aniversario, presagió lo que más tarde fue un procesionar lucido y cargado de matices por las calles de Huelva. Una vez culminada la carrera oficial, el recorrido por Cardenal Cisneros o Fernando El Católico, de regreso hacia a su templo, brindó algunos de los momentos más entrañables. Como la recogida por la calle La Fuente.

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