Llegaba con la alegría de una intensa Madrugá que se abría a las cuatro en punto de la mañana con la Marcha Real que la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno interpretaba a la salida de la Cruz de Jerusalén, titular de la cofradía. El Señor de Huelva salía tras un largo cortejo de nazarenos morados. Una noche para vivir con Él y amanecer con Él acariciado por la brisa salobre de la mañana en la Plaza Doce de Octubre.
Este año el Nazareno no realizó la Carrera Oficial y recorrió las calles paralelas a esta con gran fervor, conduciéndole hasta la iglesia de las Hermanas de la Cruz donde realizaron estación de penitencia. Durante las siete horas y media de la procesión se sucedieron las saetas y las numerosas ofrendas de flores por todo el recorrido.
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