E L Perdón se quedó en casa y la Orden se llenó de llanto y abrazos en la tarde de ayer. Pesaba en la jornada lo ocurrido el día antes, en un Domingo de Ramos que se cerró de forma accidentada, y aunque la junta de gobierno solicitó a las 15:30 una hora de moratoria, finalmente tomó la decisión de no salir.

Y eso que cofradía tenía claro que disponía de capacidad suficiente como para recuperar sin problemas esa hora pedida durante el itinerario, toda vez que para esta estación de penitencia contaba con dos trabajaderas más en su paso: en total dos cuadrillas de 45 costaleros dispuestos a llevar al Santísimo Cristo del Perdón por las calles de la capital.

Sin embargo, la lejanía del centro de la parroquia de Santa Teresa de Jesús y el largo itinerario que quedaba por delante jugaban en contra. Mientras la Plaza del Perdón se abarrotaba de personas, en la sala contigua a la parroquia la junta de gobierno se reunía y a las 16:15, el hermano mayor, Carlos Castañeda, anunciaba la resolución adoptada.

"La decisión ha sido muy difícil. Sabéis que las previsiones no son del todo halagüeñas, así que la junta de gobierno ha decidido que no haremos estación de penitencia en el interior del templo. Os ruego tranquilidad, os ruego mucha calma". Según aseguró, la hermandad va mucho más allá del Lunes Santo, por lo que "tenemos que seguir trabajando en la misma línea e incluso en ir marcando un objetivo claro, ambicioso y eso es lo único que os puedo transmitir".

Como agradecimiento a la Agrupación Musical Santa Cruz, que este año (cuando se cumple el 15 aniversario de su formación) era la encargada de hacer la primera levantá del único paso que procesiona de esta cofradía, Castañeda les entregó un llamador, destacando "la colaboración que tienen con nosotros a lo largo del año". Antes del rezo de un Padre Nuestro y de un Ave María a los titulares de la hermandad, el Cristo del Perdón y Nuestra Señora de la Paz, el Grupo Joven obsequió a Castañeda con un pergamino y unas breves palabras con las que reconocieron su arduo trabajo durante cinco años. No en vano, vivió ayer su último día como hermano mayor del Perdón, toda vez que el 28 de febrero, tras la celebración de la función principal del quinario, anunció su dimisión y su idea de hacerla efectiva tras la salida procesional del Lunes Santo.

Preguntado sobre esta cuestión en la tarde ayer, Castañeda aseguró tener la conciencia "muy tranquila". "No hay marcha atrás en la decisión. Afortunadamente creo que he hecho mi trabajo como he podido", señaló. En sus últimas horas como hermano mayor, Castañeda recibió el cariño de muchos hermanos, quienes le abrazaron y le dieron las gracias por su trabajo. Un trabajo, según destacaron desde la agrupación juvenil, "cercano y con mano izquierda". "En cinco años nos has hecho soñar y has metido las hermandad en el barrio", señalaron.