Nutrición y Bienestar

¿Qué le pasa al cerebro cuando olemos el café recién hecho?

Café recién hecho.

Café recién hecho.

El olfato es el sentido más universal que tenemos y generalmente no lo valoramos tanto como a otros. Además, nos da mucha información de lo que percibimos en otras personas, pero también de nuestro propio interior. ¿Quién no ha vuelto a otra etapa de su vida por oler algo que le provocó ese recuerdo?

El olor puede despertar en nosotros sensaciones buenas o malas. Por ejemplo, el aroma a café. ¿Quién no ha sentido una sensación placentera cuando ha olido a café recién hecho, aunque no le guste el café? Tiene una respuesta y es que cuando olemos café recién hecho, se desencadena una cascada de respuestas en nuestro cerebro ya que se activa el sistema límbico, la región del cerebro asociada con las emociones, la memoria y la motivación.

El aroma del café activa ciertas áreas del cerebro que están vinculadas con la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que están relacionados con el placer y la sensación de bienestar. Este efecto puede ser tan poderoso que incluso puede mejorar nuestro estado de ánimo y aumentar la sensación de alerta. De ahí que haya estudios que demuestren que simplemente con oler a café somos capaces de despertarnos.

Además, la conexión entre el olor del café y la experiencia de beberlo puede desencadenar recuerdos y asociaciones positivas en nuestro cerebro, lo que contribuye a la sensación de confort y felicidad que a menudo asociamos con el aroma del café recién hecho.

El poder del olor a café

Ya sabemos que el café es una bebida estimulante que cuando la tomamos somos capaces de despertarnos, pero ¿es posible que suceda lo mismo si lo olemos? Un estudio publicado en la revista de psicología ambiental Elsevier asegura que "el aroma del café se asocia con los efectos positivos que suele producir la cafeína como el estado de alerta y el desempeño conductual".

Esto quiere decir que si utilizas un aroma ambiental parecido al del café producirá un "efecto placebo" el cual va a provocar que las personas se sientan y se comporten parecido al de beber café, por lo que el aroma a esta bebida produce un efecto tan "potente y poderoso" que es capaz de modificar nuestro comportamiento debido a que ha ejercido una enorme influencia sobre el cerebro. 

Esto se debe al "efecto placebo" que se trata de "un resultado positivo que surge de la creencia de que se ha recibido un tratamiento beneficioso". Con respecto a esta idea, hay un estudio de 2006, a cargo de Christopher J Beedie, Elizabeth M. Estuardo, Damián A Coleman, Abigail Foad, que lo explica.

Los participantes eran ciclistas competitivos a los que se les dijo que recibirían en orden aleatorio un placebo, una dosis baja de cafeína y una dosis alta de cafeína, cuando en realidad todos eran placebos que es una sustancia que altera la respuesta fisiológica o psicológica y su potencia cíclica se mediría después de cada tratamiento. Los autores encontraron una relación dosis-respuesta tal que el ciclismo mejoraba con aumentos en las dosis percibidas de cafeína.

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