Recreativo

El nuevo proyecto arranca con triunfo y buenas sensaciones

  • El Decano se impone al Cartaya con los goles de Sergio González y Rubén Mesa, que falló un penalti

  • Gustó la apuesta de Javi Casquero, que repartió minutos entre sus futbolistas

A diferencia de la pasada temporada, a estas alturas, el Recre tiene equipo y plan, lo que supone una ventaja. Luego la competición dirá, o dictará sentencia, pero a pesar de la premura de tiempo da la impresión que el Decano tiene forma. Luego está el entrenador, Javi Casquero, que también tiene un plan de ruta. Presionar arriba o en su defecto en la zona de tres cuartos, lo que le permite al equipo robar más arriba, y de paso provocar en los contrarios dudas razonables, me quedo o salgo, aunque en ese sentido, el Cartaya, que también se estrenaba, no tembló en ningún momento.

La primera mitad dejó destellos. Centrales abiertos en la salida de la cueva, laterales adelantados y los medios centros, principalmente Rafa de Vicente, agarrando el faro y el periscopio. Así se desempeñó el Decano en los primeros cuarenta y cinco minutos. Eso sí, falto de conjunción, algo lógico, y falto de continuidad. Aún así se adelantó en el marcador y una suerte que será fundamental para desenredar partidos espesos, a pelota parada. Falta lateral escorada a la derecha según el ataque recreativista, agarró el mando Antonio Domínguez, que la puso llovida del cielo y Sergio González hizo el resto, cabezazo impecable a la red. Estatua incluida de Bocanegra, imposible para él.

Presión alta, laterales largos y dinamismo, las señas de identidad del 'nuevo' Recreativo

A todo esto el Cartaya, el nuevo Cartaya de Mikel Gandarias, plató cara y criterio. Cada vez que tuvo la oportunidad de asomar la gaita lo hizo con sentido. Juego por las bandas, profundidad, centro y muchas veces remate, aunque Rubén Gálvez no se vio muy exigido.

Fue entretenido el primer tiempo, con la única acción fea de Casado, que agarró del cuello a Canito y ni siquiera se disculpó. El colegiado del choque zanjó el asunto con tarjeta amarilla.

A la vuelta de vestuarios ambos equipos cambiaron de cara y fisonomía, dos conjuntos nuevos. Eso varió el resultante, ya que el partido decayó sobremanera, al menos en ritmo. El Recre lo intentó de todas las formas posibles, pero careció de conexión entre las líneas y eso le condujo directamente a lo insulso, a lo previsible. Mientras, el Cartaya, en la misma onda, fue más de lo mismo, aunque Juanki intentó cambiar la cara a base de gestos técnicos que no tuvieron el acompañamiento ideal para meter al equipo de Casquero en más problemas.

Ya sobre el final se movió algo el agua. La agitación llegó como consecuencia de un penalti sobre Jonathan Vila que desperdició Rubén Mesa. El delantero agarró el balón como el que coge una vida entera, buscando mostrarse y se lo paró Antonio, en estirada espectacular. Era el minuto 79 de juego y la cara de Mesa era un poema. Luego, cuando el partido anunciaba el final, un balón servido desde la derecha por Mario Marín lo transformó en gol el delantero pacense. Su respiración se oyó en el Colombino. Se quitó un peso de encima y redondeó un choque típico de pretemporada. Le falta mucho al Recreativo de Huelva, como no podía ser de otra manera. Pero al menos, esta pretemporada es diferente. Se espera que luego, durante la Liga, tampoco se parezca en nada al del pasado curso.

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