incendio de moguer

La sociedad civil comienza a trabajar en la restauración de Doñana

  • Una recogida de semillas se convierte en la primera actividad de voluntariado tras el incendio de Las Peñuelas

  • La simiente de camarina procede de una zona que se salvó del fuego

Cuando el comité científico-técnico del Plan de Restauración que coordina Miguel Ángel Maneiro presente el proyecto para la zona afectada por el fuego en el Espacio Natural de Doñana, la Consejería de Medio Ambiente dispondrá de toda la amalgama de especies necesarias para replantar el área calcinada. Para ello ha comenzado a aprovisionarse de las semillas que devolverán su estampa primigenia a zonas como la emblemática Cuesta Maneli, arrasada tras el incendio de Las Peñuelas en Moguer que afectó a 8.500 hectáreas.

En esta primera actividad de voluntariado han participado 20 integrantes de la Red Natura 2000 de Doñana, pertenecientes a la Sociedad Española de Ornitología (SEO). A ellos se les ha encomendado la tarea de recolectar la simiente de camarina (caramiña como se conoce en otras zonas de España), una especie fanerógama presente en la Laguna del Jaral, que domina las dunas de la costa de Matalascañas y Mazagón.

Los voluntarios trabajarán en grupos pequeños por razones de operatividad

Las semillas de este subarbusto serán posteriormente tratadas en la Red de Viveros de Andalucía en espera de repoblar la superficie calcinada. Estos trabajos están siendo coordinados por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, junto con la participación activa de los ayuntamientos afectados, la Diputación Provincial y las universidades de Huelva, Sevilla y Granada.

El delegado del ramo, José Antonio Cortés, participó en estos trabajos preliminares junto con la concejal de Almonte, Rocío de la Torre, y el gerente del Espacio Natural de Doñana, José Juan Chans. Cortés destacó que aun está por definir la hoja de ruta de la futura restauración sobre cuyos cimientos están trabajando los expertos en pos de "consensuar propuestas en torno a un plan que aglutine y concilie todas las posturas" y necesidades medioambientales de la zona. En cualquier caso, el delegado recordó que el Plan de Usos y Gestión del Parque Nacional y del Espacio Natural indica que hay que esperar al menos un año para analizar la recuperación de la naturaleza de la agresión del fuego, siendo a posteriori cuando se defina las especies que volverán a reinar en el entorno para que toda la fauna que habita la zona tenga la flora necesaria para darle cobijo, construyendo así un ecosistema sostenible.

Entre tanto, el director del Espacio Natural de Doñana explicó que no hay que subestimar el poder regenerador de la naturaleza. Para reforzar sus palabras recordó el último gran incendio que azotó al Espacio Natural en 1984, cuyas imágenes tomadas desde satélite mostraban los mismos estragos que hoy día generó el fuego de Las Peñuelas. No obstante, subrayó que prácticamente un lustro después ese mismo área no difería de la de su entorno.

En cuanto a la idoneidad de arboles y arbustos hay que recordar que la plantación de pinos con estas densidades en la provincia de Huelva comenzó a diseñarse en 1940, cuando no existían un conocimiento tan exhaustivo de la zona ni del clima, por lo que nadie podía predecir fenómenos como el cambio climático, uno de los mayores desafíos para la comunidad científica y para la sociedad que obliga a medir con pies de plomo la flora y la fauna del futuro. Chans señaló que esta labor obliga a reconsiderar "si conviene plantar pinos, recuperar lagunas o la vegetación autóctona de Doñana.

Se trata de un desafío a "corto, medio y largo plazo" en el que hay que trabajar, si bien reclamó que se haga sin alarmismos, puesto que en muchos casos la naturaleza nos puede devolver "una zona más natural y adecuada" al paisaje. Siguiendo el dictamen de los expertos el trabajo de la administración se ha ceñido a la eliminación de los arboles que corrían el riesgo de desplome y que se encontraban próximas a zonas de tránsito de peatones y ciclistas; amén de prevenir la erosión del terreno.

Si algo no pudo consumir el fuego fue el compromiso de la sociedad con la conservación del entorno de Doñana. El delegado de Medio Ambiente comunicó que desde que se abrió el registro de voluntarios para trabajar en las labores de restauración del Espacio Natural ya se han recibido más de 8.000 solicitudes. A pesar de esta masiva respuesta, por razones de operatividad y eficiencia se han diseñado "grupos reducidos" que serán de enorme utilidad con "independencia de las líneas maestras que se redacten en el Plan".

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