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La juventud desafía a la solera

  • Las nuevas tecnologías abren la puerta a la evolución del sector y a nuevos productos como éste.

El mundo del vino siempre ha sido un sector que ha presumido de años. Ha vendido la solera como garante de la calidad, la vejez de las botas como único vientre para el buen vino y la tradición como sinónimo de sabiduría ancestral.

La novedad era poco menos que una herejía en templos donde las 'escrituras' de los antepasados eran adoradas como la verdad absoluta. Romper estos principios para algunos agricultores y bodegueros era cabalgar hacia la quiebra. Por suerte, la percepción ha cambiado, las nuevas tecnologías han barrido procedimientos ancestrales que anquilosaban la necesaria evolución de un sector que necesitaba descorchar aromas nuevos para atraer a otro público a este alimento, para que Baco rejuveneciese.

Eso está logrando productos disruptivos como el Vino Limón. Un producto impensable para ganar mercado y ofrecer algo único. El Vino Naranja allanó y mostró la dirección, siendo precursor y punta de lanzadera para la conquista de las Américas y de que en los pubs se comercializase este caldo como una delicatessen de la sobremesa y la noche.

Hasta entonces, el Vino Naranja era un producto poco menos que para consumo propio, utilizado para la repostería y sin mucho recorrido comercial. Pero una ginebra con sabor a fresas demostró que había público para una locura como una bebida espirituosa con sabor a fresas. Entonces el Condado se dio cuenta de que disponía de un diamante en bruto, o fue el público el que descubrió que aquellas utopías sabían bien. Fuera como fuese, ese vino con aromas de azahar estaba llamado a conquistar el mundo. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Condado de Huelva movió ficha rápido y logró la protección de un producto sin par, autóctono, y, sobre todo, del que sentirse orgulloso.

El Vino al Limón no es más que la consecuencia de esa innovación, del resultado de los procesos de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) de las bodegas, que a pesar de sus modestos recursos, es capaz de dar vida a nuevos caldos llamados a conquistar la noche y ser algo más que el mejor acompañamiento a una comida.

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