gibraleón

El Infoca estabiliza un incendio forestal en La Cañada del Corcho

  • La carretera que une Aljaraque con la A-49 estuvo cortada durante buena parte de la tarde noche

Hasta 70 bomberos del Plan Infoca y 14 medios aéreos, entre ellos dos avionetas de carga en tierra y tres aviones anfibios de gran capacidad, a los que también se sumaron efectivos del Consorcio de Bomberos de Huelva, trabajaron durante la tarde de ayer lunes en las labores de extinción de un incendio forestal declarado a las 17:30 en un paraje de Gibraleón, el cual al cierre de esta edición aún no había sido controlado, aunque su evolución era favorable.

El fuego se declaró en una zona densamente poblada de pinos conocida como Casa de la Cañada del Corcho, en el término municipal de Gibraleón, en las inmediaciones del pinar del Campo Común de Debajo de Cartaya y en la confluencia de los términos municipales de estos dos municipios y del de Aljaraque. A las labores de extinción también se sumaron cuatro camiones autobomba, un vehículo nodriza, dos agentes de Medio Ambiente y una Unidad Médica de Incendios Forestales del Plan Infoca.

Como consecuencia del incendio, cuya columna de humo fue visible durante toda la tarde desde toda la costa onubense, tuvo que ser cortada al tráfico de forma preventiva y en ambos sentidos la carretera A-492 (que une Aljaraque con la autovía A-49 a la altura del cruce del Ferreira), concretamente entre los kilómetros 4 y 11, según informó el servicio de emergencias 112. Precisamente el teléfono 112 recibió sobre las 17:30 la primera de las más de 200 llamadas de ciudadanos para informar de un incendio en la zona de los Pinares de Aljaraque.

Por su parte, la Policía Local de Cartaya tuvo que cortar al tráfico en dirección a Aljaraque la carretera de servicio del canal del Piedras, de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, a cuyos márgenes se acercaron las llamas y que es muy transitada por agricultores y usuarios del pinar.

Precisamente en las inmediaciones de dicha vía de servicio, las llamas, que por momentos superaron los diez metros elevándose y extendiéndose por las copas de los pinos, se quedaron a las puertas de dos grandes naves de una granja de pollos, donde tuvieron que afanarse los servicios de extinción, tanto por aire como terrestres, para evitar que dicha instalación resultase calcinada.

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