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La 'guerra del agua' estalla a sólo mil metros del pantano de Aracena

  • La fallida perforación de Corteconcepción y el recurso a la Guardia Civil destapan las graves carencias hídricas de la Sierra · 350 hectómetros cúbicos sólo para Sevilla

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Refrán serrano y cierto donde los haya que viene como anillo al dedo para entender la 'guerra del agua' abierta en Corteconcepción entre la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y los vecinos de este municipio que al final ha terminado como el famoso rosario de la aurora, entre los golpes y mamporros de decenas de antidisturbios de la Benemérita enviados al pueblo por la Subdelegación del Gobierno en Huelva para garantizar la perforación de un pozo de 300 metros de profundidad que el delegado del ramo, Juan Manuel López, consideraba esencial para proseguir con el Anillo Hídrico serrano. Una obra de la que se viene hablando en la comarca desde hace veinte años y que aun no ha concluido pero para la que López dice que "hay previstos ochenta millones de euros".

Y total para nada pues tras dos días de intenso y blanquecino trabajo vigilado los técnicos enviados por Medio Ambiente no han encontrado el ansiado líquido elemento tal y como vaticinaban los vecinos poco antes del 'día de los palos', nombre dado ya a la jornada protagonizada por los antidisturbios.

La gran paradoja de esta situación es que la primera batalla de la 'guerra del agua' ha estallado a apenas mil metros del pantano de Aracena, una infraestructura hidráulica de casi 140 hectómetros cúbicos de capacidad que llega casi a las calles del pueblo pero que lejos de abastecer a la comarca serrana deja caer todo el agua en Sevilla. Ni en las peores sequías se ha usado el pantano para abastecer a la Sierra, recuerdan ahora los vecinos de Corteconcepción en plena protesta contra la perforación de pozos ubicados en su término municipal.

Lo mismo ocurre con el vecino embalse de Zufre, (180 hectómetros cúbicos) también destinado a la capital andaluza.

Ninguno de los dos está conectado al sistema de abastecimiento serrano en la actualidad aunque el delegado de Medio Ambiente asegura que está incluida esta medida en el proyecto del Anillo Hídrico.

Sin embargo, la polémica y criticada actuación en Corteconcepción es más primaria, a juicio de las declaraciones vertidas por los vecinos.

El portavoz de la Plataforma por el Agua, Miguel Marín, asegura que "los políticos que han venido al pueblo carecen de toda credibilidad y han decidido hacer las cosas a la fuerza, sin ningún tipo de explicación y además con provocaciones desde el principio". Marín asegura que "en Corteconcepción nadie se opone al Anillo Hídrico. Y el pueblo ha demostrado con creces su solidaridad pues lleva treinta años abasteciendo a las localidades vecinas de Higuera, Jabuguillo, Valdezufre o La Umbría".

Qué ha ocurrido para que una simple prospección acabe en batalla campal.

El pueblo teme ahora que la perforación fallida de la Junta de Andalucía de 199 metros de profundidad acabe afectando al caudal de su histórico pozo, abra silos en el subsuelo y éste se hunda sin remisión, dejándoles sin el preciado líquido. Por si fuera poco este augurio, vaticinan que la captación de agua acabaría afectando tarde o temprano a los acuíferos de los alrededores haciendo de un problema local una causa comarcal.

Miguel Marín subraya que ya están apareciendo problemas en Zufre debido a este tipo de prácticas. En aquella localidad, explica Marín, "el agua sale turbia desde hace días y los vecinos tienen que comprar agua embotellada y todo por las dichosas perforaciones".

Otro aspecto que añade leña al fuego es el de los interlocutores. Los vecinos se quejan de la "actitud chulesca del delegado de Medio Ambiente, que ha venido al pueblo a reírse de nosotros y a provocarnos", dice Marín, para quien no pasa desapercibido que hace veinte años otro de los enviados, Félix Soto, alcalde entonces de Corteconcepción, encabezara la oposición a las perforaciones y "ahora venga a decirnos que hay que sacar el agua de aquí". El cóctel sigue agitándose, a juicio de la Plataforma, con la presencia de Javier Garzón, ex alcalde de Higuera, el pueblo más beneficiado por este acuífero compartido y al que Marín acusa de "haber jugado y negociado con el agua".

El caso es que las nuevas facturas que están comenzando a recibir los habitantes a raíz de la entrada de Giahsa en escena pasan de unos mínimos de tres euros a nueve, añadiendo grados al termómetro de la polémica vecinal, explican desde la Plataforma.

Mientras tanto, la alcaldesa, Ana Eiriz, que ha desbancado al PSOE después de décadas de gobierno municipal, ha participado activamente en las concentraciones vecinales y se la ha visto mediando en los enfrentamientos con la Guardia Civil. Eiriz cree que "no es justo negociar con el agua" y considera que este tipo de pinchazos no "están justificados porque en estos momentos no se registran situaciones de emergencia en la comarca".

El caso es que un proyecto estrella como el Anillo Hídrico, mimado y protegido por las administraciones socialistas desde hace años, ha saltado por los aires debido a la mutua incomprensión de ambas partes dejando al descubierto una polémica latente en la Sierra desde que se construyeran los pantanos de Aracena y Zufre y su agua se destinara única y exclusivamente a Sevilla.

Entre los dos embalses de regulación alcanzan los 300 hectómetros cúbicos y según las estimaciones de Giahsa la treintena de municipios serranos y sus poco menos de 40.000 habitantes solamente necesitan tres hectómetros cúbicos para satisfacer sus necesidades. De estos tres hectómetros se pretende captar en subterráneo 2,5, casi su totalidad.

Después de todo, lo que sí parece haber provocado el pinchazo fallido del pozo a palos es el afloramiento de un conflicto que amenaza con perdurar.

Ya lo ha advertido la consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Cinta Castillo ha advertido que "quienes no han contado con los preceptivos permisos han sido los propios ciudadanos y responsables políticos del municipio". Acto seguido les acusó de "realizar pinchazos ilegales en los alrededores del pueblo y cuyas actuaciones estamos investigando".

Las palabras del mismísimo secretario general del PSOE de Huelva, Mario Jiménez, comparando el comportamiento municipal-popular con el radicalismo y extremismo vasco no auguran nada bueno.

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