Andalucía

La Policía acaba con la banda de Anselmo Sevillano y le requisa 3.620 kilos de hachís

  • La operación finaliza con doce detenidos. Introducían la droga en embarcaciones de recreo y se disfrazaban de guardias civiles para no levantar sospechas.

El Grupo de Estupefacientes de la brigada de la Policía Judicial de la Comisaría de Huelva ha logrado desmantelar la organización dirigida por el onubense Anselmo Sevillano Amaya, de 33 años, uno de los más importantes traficantes de hachís de Europa. La Operación Celeste ha finalizado con la detención del narco, huido de la Justicia y que se ocultaba en la localidad malagueña de Estepona, y de once personas más (diez de la provincia onubense), entre ellas el propietario del astillero de Isla Cristina en el que la red ocultaba el alijo de 3.620 kilos de droga que fue aprehendido por los agentes el pasado 21 de agosto.

La operación arrancó en junio, cuando varias naves que la organización poseía en el Condado levantaron las sospechas de los investigadores, y se ha desarrollado en Bollullos, La Palma, Mazagón, Matalascañas e Isla Cristina, donde se intervino la droga. Después de tirar del hilo, la Policía Nacional detectó cómo el viernes 19 de agosto una lancha rígida partía de un astillero isleño. Sus tripulantes, curiosamente, vestían el uniforme auténtico de la Guardia Civil para no levantar sospechas (algo inédito hasta ahora en los anales policiales onubenses). Salieron por la barra y pusieron rumbo a Marruecos, donde se aprovisionaron de hachís.

Dos días más tarde, la semirrígida descargó -a 30 millas de la costa para eludir la vigilancia del SIVE- 130 fardos de hachís en una embarcación de recreo, más discreta y que había sido adquirida por Sevillano apenas dos días antes en la provincia de Málaga. Isla Cristina celebraba esa tarde la festividad de la Virgen del Mar y la ría Carreras estaba repleta de embarcaciones adornadas para rendir tributo a la Patrona de la Punta del Caimán. Los narcos aprovecharon la coyuntura para introducirse en el estuario y descargar la droga. Lo hicieron a plena luz del día. La lancha, pilotada por dos personas, iba escoltada por varias motos de agua y contaba con la vigilancia desde puestos fijos de otros colaboradores que darían la voz de alarma en caso de detectar presencia policial.

Los narcos introdujeron el barco con la droga en el astillero y cerraron la puerta. Ignoraban que los agentes vigilaban sus movimientos desde la orilla. Convencidos de que el alijo estaba en las instalaciones, los policías intervinieron.

Como ya adelantó este diario en agosto, el Grupo de Estupefacientes arrestó ese domingo a las ocho personas que aguardaban en el interior del astillero y a los dos pilotos del barco, y aprehendió 3.620 kilos de hachís, uno de los alijos incautados más voluminosos de los últimos años. Su destino era el mercado europeo, fundamentalmente Francia, Reino Unido y Holanda.

El 23 de agosto le llegó la hora a Anselmo Sevillano. Con la colaboración de los Greco de la Costa del Sol, la Policía Nacional de Huelva le detuvo en la urbanización Atalaya Park de Estepona, un complejo urbanístico de lujo con vigilancia donde vivía desde hace más de un año. Allí, en una mansión aledaña a la del torero Curro Romero, se ocultaba de la justicia. El narcotraficante estaba en busca y captura. Debía cumplir cuatro años y medio de cárcel por un delito contra la salud pública, según explicó ayer el jefe de la Unidad de Coordinación Operativa Policial de Huelva, Francisco Durán.

Sevillano, amigo de la infancia y otrora socio del traficante Sergio Mora El Yeyo -con el que incluso había compartido delitos por los que pagaron varios años de prisión-, mantenía un elevado tren de vida escondido tras sus dos documentos de identidad y su carné de conducir falsos. Frecuentaba Puerto Banús, atracaba embarcaciones propias en Benalmádena y conducía un Porsche. No escatimaba en lujos. En el registro de su domicilio, la Policía le requisó 26.000 euros en metálico y tres ordenadores. Sobre el sofá tenía 60 teléfonos móviles activos, preparados para dos o tres operaciones venideras más.

El análisis del material intervenido permitió a los investigadores detener a finales de octubre (con la colaboración de la Udyco de Ceuta) a un guardia civil destacado en Madrid -y que al estar de baja se encontraba en su domicilio ceutí- por un delito de revelación de secreto: se dedicaba, supuestamente, a facilitar a la banda datos sobre vehículos y sus propietarios.

Los registros domiciliarios efectuados (fundamentalmente) en Estepona, Bollullos, Almonte e Isla Cristina, finalizaron con la incautación de 27.000 euros, unos cien móviles, cuatro automóviles, una motocicleta, una moto acuática, dos teléfonos satelitarios, seis GPS náuticos y diversa documentación que se sigue estudiando por si estuvieran implicadas más personas, con lo que no se descartan nuevas detenciones.

El caso están en manos de los juzgados de La Palma del Condado y Anselmo Sevillano está cumpliendo condena en prisión.

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