Isla Cristina revive esta semana el vegesimoquinto aniversario del naufragio del Islamar III, un suceso que costó la vida a 26 marineros. De los 28 tripulantes que iban a bordo del pesquero de la Unión Salazonera Isleña (USISA), sólo dos, Pedro López Beltrán y José Martín Lozano, sobrevivieron (al no beber agua del mar, dijeron los médicos) a un suceso que tendría el triste honor de convertirse en el siniestro marítimo más grave de la reciente historia de España.

Entre el 11 y el 18 de agosto de 1984, La Higuerita vivió su particular semana trágica. Unos días en los que el pueblo asistió desolado a la llegada de los cuerpos rescatados de sus marineros muertos. En el naufragio perecieron en total 24 hombres del mar isleños y dos súbditos marroquíes.

El pasado lunes por la tarde cientos de personas asistieron a una misa al aire libre para recordar la tragedia y honrar a las víctimas. Gran parte de ellas quedaron para siempre en las profundidades del Atlántico. La ceremonia fue oficiada por los párrocos de la localidad, incluido el isleño José Sosa, y en ella se recordaron los nombres de los veintiséis fallecidos en el naufragio.

Las autoridades políticas y militares, representantes de la lonja de Isla y Asociación de Armadores arroparon a los familiares y amigos de los marineros.

El Ayuntamiento isleño aprobó también en su última sesión ordinaria una declaración institucional de reconocimiento a las víctimas del suceso. La alcaldesa, María Luisa Faneca, recordó que "el mar nos da pero también nos quita y un pueblo marinero como el nuestro ha tenido que pasar por momentos muy duros como el que sacudió Isla hace ahora 25 años". En su memoria quizás el barco Purita Pérez, que embarrancó frente a Ayamonte un 28 de diciembre de 1943 con 60 hombres a bordo. Medio centenar murió. O el Panchita Reina del Mar y tantos otros...

El Islamar III era un buque sardinero de 30 metros de eslora, propiedad de la empresa Unión Salazonera Isleña (Usisa) con sede en la antigua Higuerita.

Salió a faenar el 28 de julio de 1984 y debía estar a las seis de la mañana del sábado 11 de agosto del mismo año en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria. La última localización conocida del buque fue a unas 120 millas de Las Palmas, a unas 15 millas de Marruecos, lugar donde se encontraba el pesquero cuando algunos miembros de su tripulación mantuvieron lo que sería el último contacto con sus familiares.

En un primer momento se pensó que el Frente Polisario había secuestrado el barco. El Oliver, otro buque de la misma empresa, mantuvo dos conversaciones radiofónicas con el Islamar III en la tarde del 10 de agosto. A medianoche, El Oliver envió un mensaje que ya no tendría respuesta. Después llegaron las escenas de dolor y la solidaridad ejemplar de todo un pueblo volcado con su gente en la mayor desgracia que había vivido.