Además de las poblaciones consideradas 'puntos negros' en el paso de la N-433 por la Sierra, otras localidades, según la idea anunciada por el Gobierno central, van a contar con circunvalaciones dentro del proyecto de la vía rápida. Entre ellas se encuentra Aracena, que puede considerarse un caso especial, puesto que desde hace años cuenta con una carretera que separa el tránsito de vehículos de la travesía de la población.

Sin embargo, el rápido crecimiento que ha experimentado esta localidad en los últimos años, unido al hecho de que a ambos lados de la actual circunvalación se han realizado construcciones que hacen que esta carretera haya incrementado sus niveles de peligro. "Hay viviendas dentro del casco urbano que se encuentran muy cerca de la circunvalación y al otro hay construcciones que son explotaciones económicas, como un hotel, que requieren unos niveles de seguridad", comenta el alcalde, Manuel Guerra.

Para Guerra, una segunda circunvalación supondría ganar en seguridad en esta zona, aunque reconoce que actualmente no tiene noticias nuevas sobre el proyecto.

Otra población que espera noticias sobre su circunvalación, porque se encuentra completamente cruzada por una travesía, es Rosal de la Frontera. Su alcalde, Ramón Márquez, apuesta por la construcción de esta vía, que separe la gran cantidad de tráfico pesado que actualmente soporta el centro de la población y lo desvíe para aumentar los niveles de tranquilidad y seguridad para los vecinos.

Consciente de que actualmente el proyecto se encuentra en fase de redacción y estudio de detalle, Márquez habla de varias posibilidades para el trazado de la circunvalación. "Podría ir por la parte norte y también por la zona sur, pero yo considero que este última tiene más ventajas, porque se incorporaría también a la circunvalación la carretera que viene desde Huelva, y que también cruza actualmente Rosal. De esta manera, eliminaríamos por completo el tráfico pesado de Rosal".

Sobre los efectos que la variante puede tener sobre la actividad comercial con la que hoy por hoy cuenta la localidad, uno de los principales motores económicos, el alcalde no teme que este ritmo vaya a mermar. "Quienes vienen ahora a comprar a nuestros comercios, seguirán viniendo y, por otra parte, los conductores de los grandes camiones no se paran a comprar, el paso de estos vehículos sólo añade más peligro", comenta.

Por su parte, el alcalde de Cortegana, Antonio Marín (IU), lo tiene claro, ya que está totalmente de acuerdo con que se construya una circunvalación de la N-433 a su paso por la localidad.

Marín, que señala que la administración debe velar al máximo por la seguridad de los ciudadanos, opina que desde el Ayuntamiento siempre se está trabajando en esta vía, "pintando los pasos de cebra y, sobre todo, reclamándole al Ministerio de Obras Públicas que arreglen los semáforos y solicitando el paso de peatones elevado"

Marín considera que la construcción de la circunvalación solucionaría todos estos problemas y "aunque pudiera incidir de forma negativa en la economía de algunas empresas, en este caso prima el beneficio de la mayoría y eliminar el importante tráfico que tiene esta carretera, sobre todo de vehículos pesados sería muy positivo".

Por último, el alcalde de Higuera de la Sierra, Manuel Fal, asegura que antes de las elecciones, técnicos de la administración central realizaron anotaciones para la elaboración del estudio informativo, que es un paso previo para el diseño del proyecto de circunvalación y su posterior ejecución.

No obstante, el edil independiente no confía que esta actuación tan necesaria para su pueblo, porque "los fines de semana soportamos un intenso tráfico", se lleve a cabo en un corto espacio de tiempo "porque llevan mucho tiempo anunciándola y después nada". Además, Manuel Fal dice que la construcción de esta vía alternativa no supondría ningún impacto medioambiental ya que su trazado está fuera de los límites parque natural de Sierra.