Provincia

Denuncian falta de medidas que garanticen la seguridad

  • Aseguran que hasta ahora no se ha comenzado a ver vigilancia policial

Las cifras que se están manejando desde mediados del pasado noviembre respecto a los robos que se están registrando en La Dehesa dejan fuera de los números los intentos frustrados de asaltos. Es el caso de Lourdes Molina y no demasiado alejado en el tiempo en relación con la oleada de atracos que se vienen produciendo supuestamente a manos de la misma banda.

En la residencia de Lourdes, ubicada precisamente en una de las calles en las que el grupo de encapuchados ya ha actuado, intentaron entrar el pasado verano aunque el 'modus operandi' parece ser diferente al que posteriormente ha utilizado la banda.

En este caso, intentaron entrar por una ventana trasera de la vivienda y la familia cree que el conato se produjo mientras ellos se encontraban en el interior de la misma. En la referida ventana, los atracadores frustrados realizaron dos agujeros con un taladro que les iban a permitir la entrada en la casa pero algo (además de unas ventanas blindadas) los hizo desistir. Lourdes y su familia se dieron cuenta de la existencia de estos agujeros en la ventana y dieron aviso de inmediato a la Guardia Civil. Afortunadamente, han quedado hasta la fecha fuera de la lista de víctimas de atracos en La Dehesa.

La fórmula utilizada, al parecer, por el grupo para hacer el seguimiento en las casas (hacer pasar a sus miembros por empleados de la limpieza) no ha pasado desapercibido del todo aunque los barrenderos que trabajan en la zona afirman que nunca han visto nada raro. Sin embargo, Lourdes ha tenido ahora conciencia de que un domingo de noviembre se estrañó al observar a un supuesto empleado de la limpieza trabajando en domingo. "Y se lo comenté a mi marido, no me pareció normal porque antes no lo había visto".

En el principal punto de encuentro de la urbanización, el Club de Golf, las medidas de seguridad se han reforzado a raíz de la oleada de atracos en las casas.

Manuel Clavijo, que trabaja como camarero de la cafetería del Club, asegura que la gente de la zona "no sólo está preocupada sino también molesta y enfadada porque no ven vigilancia policial ni en fotografía. la intranquilidad es manifiesta".

Juan Cueto, jardinero con una amplia cartera de clientes, considera que "hay poco control" y que a los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local "ahora es cuando los hemos empezado a ver, no antes". Y Cueto se queja de la falta de seguridad más allá de los robos a las casas ya que, afirma, también se producen tirones y otros robos menores. "Tiene que haber más seguridad".

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