Cine

La revolución en la calle

Noviembre. Gota de Leche.- T.O.: 'Noviembre'.- Producción: España, 2002.- Duración: 104 minutos.- Dirección y guión: Achero Mañas.- Fotografía: Juan Carlos Gómez.- Música: Eduardo Arbide.- Montaje: Nacho Ruiz Capillas.- Intérpretes: Oscar Jaenada, Ingrid Rubio, Juan Díaz, Adriana Domínguez, Javier Ríos, Nuria Gago, Juanma Rodríguez, Amparo Baró, Héctor Alterio, Paloma Lorena, Juan Diego, Amparo Valle, Fernando Conde

Esa es la frase que encabeza el cartel de la película: "La revolución está en la calle", porque es en ella donde los protagonistas de esta película ejercitan sus experiencias teatrales como revulsivo importante y llamativo para despertar la atención de tanta gente ajena en general a la cultura y muy especialmente del fenómeno teatral. En este ciclo de Cine-Forum con buen acierto esta institución, tan fiel a la promoción cultural y por ello al cine, ha encontrado una feliz colaboración con el IES del Instituto Pablo Neruda que a través de su Departamento de Comunicación, Imagen y Sonido, actividad que conozco y apoyo desde aquí, cuyos alumnos se encargarán de elegir las películas y el cartel que ilustra estas sesiones semanales, que ya son proverbiales en la programación de la Gota de Leche, dependiente de la Concejalía se Servicios Sociales y Juventud del Ayuntamiento de Huelva.

Por ello en este ciclo dedicado a El teatro en el cine, nada mejor que esta película de Achero Mañas, hijo de un dramaturgo y guionista de cine tan notable en el ámbito teatral como Alfredo Mañas -autor entre otras de Historias de Tarantos, éxito en el teatro y luego en el cine- y de la actriz Paloma Lorena. Fue desde muy joven conocedor de la actividad teatral que estudio en el Real Stage de Nueva York, muy joven, participando después en diferentes montajes de cine, teatro y televisión. Desde su actuación destacada como protagonista en la película Belmonte (1995), de Juan Sebastián Bollaín, donde encarnaba la figura del legendario torero, decidió dedicarse a la dirección, debutando con un éxito en El Bola (2000), siendo el film que hoy nos ocupa su segunda realización cinematográfica.

Noviembre es una película interesante, especialmente para los aficionados al teatro y más singularmente para cuantos lo practican, cualquiera que sea su valoración de la película desde el punto de vista cinematográfico. También es original el planteamiento que nos brinda, presentando las actividades de un grupo teatral independiente y radical, innovador y provocativo, integrado por jóvenes actores que han rechazado su instrucción en escuelas, el escenario tradicional, los centros oficiales y la remuneración por sus trabajos que consisten en montajes alternativos de desafío e improvisación interpretativa en plena calle.

Achero Mañas nos enfrenta con sus mejores intenciones a la evidencia de la autenticidad, la sinceridad y la imposibilidad de la utopía y la resistencia libertaria, invitando a que los propios actores relaten sus evocaciones desde el futuro. Con una muy notable ingenuidad, cierto aire trasnochado, un notable desajuste con la actualidad en sus pretendidos compromisos y un guión poco persuasivo, la curiosa peripecia de estos comediantes callejeros, en las postrimerías de los años noventa, alcanza relieves dudosamente reales. Aún así me parece una interesante experiencia.

Personajes idealistas, soñadores, que confían en un mundo desde cualquier punto de vista difícilmente posible, dadas las circunstancias, rebeldes sin causa o con ella, que tratan de representar la realidad como expresión pura del arte, renunciando a la comercialidad, lo cual es magnífico, pero a todas luces difícil, intentando cuestionar a la sociedad y provocar su transformación. Es, por otra parte, un tema que parece haberse planteado muchas veces y que por supuesto esta película no trata de descubrir a estas alturas. Desde planteamientos de ficción pero a modo de simulado documental biográfico, esta historia que nos propone Achero Mañas, con todas sus buenas intenciones, un tanto pretencioso, porque con tan incautos argumentos resulta excesivamente arduo intentar nuevas metas al posibilismo de la pureza revolucionaria con lo que está cayendo. Los postulados pueden ser válidos, pero el discurso no los respalda convincentemente.

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