Cultura

"Me he tirado a la piscina sin paracaídas con mi primera interpretación dramática"

  • La cántabra se mete de nuevo en la piel de Sara para compartir esta noche el escenario del Gran Teatro de Huelva (21:00) con María Luisa Merlo y Jorge Roelas en '100 metros cuadrados'

La obra teatral 100 metros cuadrados narra la historia de Sara (Miriam Díaz-Aroca), una mujer que huye de su pasado y que compra el piso a la anciana Lola (María Luisa Merlo), que lo vende barato a cambio de habitarlo hasta su muerte.

-¿A partir de aquí, qué le espera al espectador?

-Muchas sorpresas que no puedo desvelar (risas). Es una historia bellísima entre dos mujeres, que son las que soportan el peso de la trama. Jorge Roelas y María Luisa son los que se encargan de poner la comedia a la obra. La parte más dramática me la quedo yo. Pero es un texto hermoso, donde se disfruta, te ríes, se te encoge el corazón y el alma, reflexionas... y recibes mensajes profundos de las verdades y el día a día del ser humano.

-Trío de actores de lujo.

-Compartir escenario con Roelas y Merlo es absolutamente fácil. Somos personas maduras, profesionales, sabemos lo importante que es tener un buen texto entre las manos, el privilegio que supone tener un gran director y somos conscientes de nuestra suerte. Hemos trabajado con tranquilidad, han fluido las conversaciones, nos hemos ayudado. Hemos conseguido una gran armonía no sólo en escena, sino fuera de ella, y eso se nota.

-¿El principal reto ha sido la búsqueda de la verdad del personaje?

-Sí, ser muy fieles al texto. Los ensayos han sido muy duros porque las emociones que se barajan son muy intensas y el director quería que afrontáramos la ficción desde la verdad. Ponerlo en pie tenía que tener la misma intensidad que les había imprimido el autor.

-Que Juan Carlos Rubio sea a la vez el director y el autor el texto, ¿ha sido un escollo o un beneficio?

-El que hace su bebé es el que mejor lo conoce. Entonces, todo ha sido mucho más rápido porque él tenía las ideas más claras. Eso sí, ha estado abierto a sugerencias de los actores, a nuestras creaciones del personaje, y ésta es la mejor forma de que todo se enriquezca. Los personajes adquieren volumen porque salen del texto y tienen piel y sentimientos.

-La obra está basada en hechos reales.

-En un anuncio que vio Juan Carlos en un periódico, en el que un señor vendía una casa con la condición de que él estuviera dentro hasta que se muriera. A partir de ahí, le llamó mucho la atención esa noticia y creó esta historia, pero con mujeres.

-Usted asegura que ha sido uno de los trabajos más hermosos que ha hecho.

-Sin duda. Sobre todo a nivel dramático, ya que creo que es mi primera interpretación puramente dramática desde el principio hasta el final. Me he tirado a la piscina sin paracaídas, sabiendo que era un reto para mí importante.

-No ha sido fácil.

-Siempre en comedia me he sentido muy bien, muy cómoda, y ahora he tenido que desnudarme completamente de Miriam para ponerme el traje de Sara, que dista muchísimo de cómo soy yo. Me ha costado mucho aceptarla porque enseguida Miriam la juzgaba. Al final, el director me dijo: "No la juzgues, no eres tú, no te sientas mal por lo que dice y hace". Entonces empecé a aceptar a mi Sara, a trabajarla y a buscarle más matices.

-Entiendo, por tanto, que Sara tiene poco de usted.

-Siempre aportas cosas tuyas a un personaje, no lo puedes evitar, pero en este caso no le he podido aportar nada mío porque no pega con mi personalidad vitalista, espontánea, divertida, que conforma mucha parte de mí. Todo eso he tenido que sacrificarlo para buscar a otra persona controladora, planificadora, seca, directa...

-El ímpetu de sus palabras evidencia la pasión que siente por su trabajo.

-Lo adoro. Soy muy afortunada, estoy trabajando en lo que me gusta y con la suerte de poder tener trabajos tan hermosos como éste y compartirlo con Juan Carlos Rubio y el maravilloso reparto que me acompaña.

-¿Repetirá con Rubio?

-Ya le he dicho que voy a estar adosada a él. Está en un gran momento. Acaba de ser premiado en Nueva York como mejor director de teatro español, está preparando una película, guiones para televisión. No para.

-Parece que corren buenos tiempos para el teatro.

-Así es. Es un momento mágico para el teatro, para los que trabajamos en él y para el público, que se decide a pagar por ver una obra. Estamos entusiasmados.

-Pero tampoco se libra de la crisis.

-Ésa nos afecta a todos. Se nota en los presupuestos. Todo se ha ajustado muchísimo. Hay que sacar adelante los trabajos con calidad y con cantidad de ganas.

-Teatro, cine o televisión, ¿qué es lo que prefiere?

-Trabajar. Simplemente trabajar, sin importarme dónde.

-¿Qué proyectos tiene?

-Inmediatos, éste y alguna que otra aventurilla televisiva para el año que viene. Con esta función acabaremos en Madrid en marzo, pero seguiremos girando hasta septiembre de 2011.

-¿Por qué hay que ir a ver 100 metros cuadrados?

-Porque es un placer para los sentidos y un alimento para el alma. Además, ya he actuado en Huelva muchas veces, he veraneado mucho aquí y, para mí, en un lugar muy familiar.

-Le deseo mucha mierda.

-Ahora se dice "mucho parking" (risas). Antes lo de la mierda se decía por la que dejaban los coches de caballo que acudían al teatro. Pero ahora, cuanto más parking lleno, más gente viene (más risas).

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