Cultura

De la novela a la pantalla

Gota de Leche.- Producción: España, 1997.- Dirección: Ray Loriga.- Guión: Ray Loriga, según su propia novela 'Caídos del cielo'.- Fotografía: José Luís Alcaíne.- Música: Christina Rosenvinge.- Montaje: José María Biurrum.- Intérpretes: Daniel González, Nico Bidásolo, Andrés Gertrudix, Karra Elejalde.- Anna Galiena, Vigo Mortensen, Christina Rosenvinge

Esta película fue el debut cinematográfico de su director, Ray Loriga, conocido escritor de éxito por los años 90. Con el sigue el ciclo, felizmente iniciado en La Gota de Leche bajo el título Cine Forum Huelva Joven. El nuevo realizador había tomado el título para su novela de la película de Dennis Hopper, Caído del cielo (1980). Hopper brindaba una visión bastante certera de los jóvenes airados de los años ochenta. Lo que, utilizando otro título cinematográfico, robado en este caso a Nicholas Ray, llamaríamos "los rebeldes sin causa" de aquella época. Loriga nos ofrecía un retrato de esa juventud conflictiva de los noventa.

Estamos ante la huida de un joven que, tras matar a un vigilante jurado, escapa con una chica en un coche robado. En su fuga y con una pistola en su poder, la pareja emprenderá un itinerario a ninguna parte y en el que irán encontrando a otros tipos tan inquietantes o extraños como ellos mismos y tratarán de burlar la presencia de un inspector.

El propio director, Ray Loriga, resumía en pocas palabras su película: "Es la historia de un chico que rechaza lo que le rodea. No es tanto una huida hacia algo, como una huida desde algo". En el fondo es la temática que anima este experimento de convertir en imágenes lo que el mismo director nos contaba en su novela. Y ello trae a primer plano ese debate que algunos cuestionan entre literatura y cine. Una dicotomía tantas veces presente cuantas veces se suscita y otras tantas en que una película se basa en una obra literaria, caso por otra parte absolutamente frecuente.

En esta oportunidad la relación se estrecha y resulta bien directa en cuanto a que el director ha articulado su novela en forma de película y en ella un perfecto ejercicio visual que recrea el ámbito de su propio relato. En todo caso nadie mejor que él para trasladar a la pantalla las palabras escritas. No es que el hecho de saber lo que narra garantice su calidad cinematográfica. No es la primera vez ni será la última que un escritor o un director, autor de un libro, realiza con él una película.

Aquí Ray Loriga aporta sobre todo un estilo muy personal para dar cuerpo fílmico a una narración que, tal vez en otras manos, no tendría unas peculiaridades tan patentes, tan notables y tan demostrativas de que el hecho de contar historias en los libros puede ser muy parecido en sus formas expresivas a la función de transmitirlo en imágenes. En esta ocasión un escritor como Loriga puede compararse a algunos modernos realizadores españoles a la hora de concebir una historia en términos puramente cinematográficos.

El resultado, con las vacilaciones de un debutante, es un relato abordado con sensibilidad. Una crónica realista y dura, no precisamente un modelo ectoplasmático de una situación juvenil, pero sí un mundo de jóvenes tan revelador como otro cualquiera y recreado por unos actores nuevos, prácticamente desconocidos, y otros más consagrados, capaces de sacar adelante una historia de evidentes matices literarios.

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