Fila siete

De ladrones y víctimas

CineBox Aqualon Puerto Huelva y El Condado Cinemas 7.- T.O.: 'Trespass'.- Producción: Estados Unidos, 2011.- Duración: 91 minutos.- Dirección: Joel Schumacher.- Guión: Karl Gajdusek.- Fotografía: Andzej Bartkowiak.- Música: David Buckley.- Montaje: Bill Pankow.- Intérpretes: Nicolas Cage, Nicole Kidman, Ben Mendelsohn, Liana Liberato, Cam Gigandet, Jordana Spiro, Dash Mihok, Emily Meade, Nico Tortorella

Es cierto que la trama de esta película se conforma de alguna manera con ciertos dramas de nuestro tiempo, dado el clima de inseguridad que padecemos. El asalto a un hogar con el riesgo para sus miembros, en algunos casos con resultados trágicos, es algo que se repite más de lo que quisiéramos. Joel Schumacher nos trae uno de esos episodios que más de una vez hemos visto en el cine y que nos lleva al ámbito claustrofóbico de una casa lujosa cuyos dueños se ven asaltados por un grupo de forajidos sin escrúpulos.

El aparentemente feliz matrimonio compuesto por Kyle Miller y Sarah y su hija Avery, que no parece llevarse muy bien con su madre, gozan de una situación acomodada y de una casa lujosa, confortable en un lugar privilegiado junto a un lago. Kyle tiene un negocio de diamantes y Sarah es arquitecta. Ha diseñado su propia mansión donde abunda el cristal, la piedra y el acero como elementos arquitectónicos que proporcionan a la casa un estilo moderno y funcional. De repente, alguien, haciéndose pasar por policía, llama a la puerta. Al abrir Kyle y Sarah se ven sorprendidos por la irrupción de un grupo de asaltantes que los atropella, los golpea y los inmoviliza brutalmente. Piden a Kyle que abra la caja fuerte y les entregue los diamantes. A partir de ahí se sucederá un continuo forcejeo verbal y físico en el que los bandidos no llevarán la mejor parte.

Rápidamente advertimos que no estamos ante el mejor trabajo de Joel Schumaker, quien ya ha demostrado su habilidad para rodar películas en un espacio limitado, recordemos la cabina de Última llamada (2002). Abunda aquí en exceso con todos esos lugares comunes del drama familiar. Trata de apoderarse de la atención del espectador a base de sorpresas, golpes de efecto, inesperados giros y vaguedades, rellenando ciertos vacíos con flashbacks abusivos y muchas veces innecesarios. Configurado en forma de thriller carece de la fuerza y la emoción suficientes para mantener la tensión que pueda conservar las expectativas del espectador, que empieza a impacientarse ante la reiteración de las situaciones. Ladrones y víctimas resultan poco convincentes.

Los excesos verbales, gritos, golpes e improperios, que resultan exasperantes, la decepción de muchas de esas posibles sorpresas y la baja forma interpretativa de los protagonistas, Nicolas Cage y Nikole Kidman, muy lejos de otras actuaciones más afortunadas, hacen de Bajo amenaza una historia que acaba perdiendo interés a medida que su desarrollo narrativo presenta reiterativos sobresaltos que conducen a un final en cierto modo previsible. Director y actores demuestran que no pasan por su mejor momento.

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