Decía José Luis Ruiz que Latitudes apuesta siempre por la diversidad y que hasta en esta edición -monográfica por primera vez en el Festival Internacional de Fotografía de Huelva- se puede comprobar en las once exposiciones programadas: "No se parecen una a otra". Para apoyar la tesis del presidente de la organización están especialmente las dos muestras inauguradas ayer, con diferentes lenguajes, miradas e incluso épocas. Aunque ambas tienen en común la firma de sendos autores que elevaron la fotografía a su máxima expresión en Latinoamérica: el maestro cubano Alberto Korda y el personalísimo argentino Pedro Luis Raota.

Korda ya está en Huelva, en la sala de la Fundación Caja Rural del Sur. Allí está su obra, sus fotografías, sus mujeres. Fueron las que le motivaron a coger una cámara, a aprender a utilizarla y a reflejar la belleza femenina, antes que la revolución. Ya lo hacía en tiempos de Batista, los del lujo y la influencia de los dólares estadounidenses. Y siguió haciéndolo después, en su periplo junto a Fidel Castro, y hasta sus últimos días: falleció en 2001 en París, a donde viajó desde La Habana para una sesión de fotos con varias modelos.

En Retrato femenino se ve esa evolución temporal, desde la suntuosidad de La Habana precastrista, con sus musas Paloma, Norka, Lidia y Julia, a los rostros de bellísimas milicianas en actos multitudinarios, y los posados de modelos en Sao Paulo, las más recientes.

Al autor de la célebre foto del Che se le conocían tres predilecciones, anotó José Luis Ruiz: "Cuba, el ron y las mujeres". Y con total devoción se entregó a éstas, como ahora se puede ver en Latitudes.

Pedro Luis Raota es el otro gran nombre que desembarcó ayer en el festival. Quizá a él se le debe todavía en Europa el reconocimiento del gran público del que sí goza Korda. Porque el hijo del argentino, José Luis, confesaba con orgullo cómo para muchos autores es un referente indiscutible: "Alguno de los fotógrafos españoles que inauguraron la semana pasada en el Museo [se refería a Miguel Bergasa, Juan Miguel Alba y Rafael Trobat] me hablaba de fotografías concretas de mi padre que le habían impactado hasta el punto de dedicarse a la fotografía".

En Argentina es mundo aparte. Poco menos que el Maradona de la imagen, el dios al que seguir. Quizá no tanto, cree Raota hijo, que se esfuerza por divulgar su legado y que siga siendo conocido entre las generaciones nuevas. PhotoEspaña le dedicó un espacio hace dos años, y ahora Latitudes reivindica su obra, tan personal como variada, en una selección con primeras impresiones excepcionales.

En Luces y sombras de Argentina, en la Fundación Cajasol, están sus imágenes del campo, que parecen sacadas del Martín Fierro, y la oscuridad impactante de los años de la dictadura. Pero también el humor blanco palpable en sus últimos trabajos, que definen también el Estilo Raota tan admirado.

La mejor noticia, conocida ayer, es que el público onubense podrá ver estas dos exposiciones también los fines de semana en las salas de la Fundación Cajasol (en calle Plus Ultra) y de la Fundación Caja Rural del Sur (en Mora Claros). Los dos patrocinadores han hecho un esfuerzo y abrirán sus espacios los sábados, en horario de mañana y tarde, y los domingos, en matinal.