Todavía me cuesta creer que se nos haya marchado, pero trago saliva para dedicar a Paco Elvira estas breves palabras.

Resulta irónico y desgarrador que alguien como Paco, que ha sobrevivido a todos los conflictos que nos ha mostrado a través de su cámara, se nos marche desde esa roca de La Falconera, del macizo barcelonés del Garraf, que él tenía tan presente.

Quienes ya le conocíais, sabéis que Paco era uno de los grandes fotoperiodistas de nuestro país. Más allá de lo profesional, era una de esas personas con las que te gusta estar porque te aportan algo especial y te transmiten su vitalidad. Supo como pocos llevar al límite su pasión por contarnos cosas, ya fuese en una publicación o desde una red social. Fue un bloguero incansable, de los que te gusta seguir, porque tan pronto te hacía reflexionar sobre la situación de los fotógrafos en tiempos de crisis como despertaba tu interés con las "fotos desde su ventana", estuviese donde estuviese. Nos mostró la cara y la cruz de los viajes, y su trayectoria le hizo merecedor de un buen número de reconocimientos, pero, sobre todo, de un número aún mayor de amigos.

Desde hacía tiempo, compartía sus conocimientos y experiencia desde las aulas de varias universidades y, concretamente en la sede de La Rábida, de la Universidad Internacional de Andalucía, tuvimos la suerte de poder contar con él hace poco más de un mes. Allí tuvo lugar una de sus últimas clases magistrales, dentro del Curso de Experto Universitario en Fotografía y Comunicación Gráfica, en la cual nos contó algunos de los entresijos de la profesión que tanto amó. También en Huelva nos regaló la inauguración del último Latitudes, dando luz a ese acto en el que aceptó participar, como el caballero que fue.

Siempre vi a Paco con proyectos en la cabeza y le considero un gran ejemplo de cómo se puede llevar a cabo el trabajo, tanto en los momentos buenos como en los no tan buenos, que en la vida vamos encontrando. Le recordaré con cariño y me alegro por esos ratos que hemos podido compartir durante este viaje.

Amigo Paco, ¡un abrazo!