La exposición póstuma de la última obra fotográfica de Atín Aya (1995-2007), que, bajo el título Paisanos, retrata la Andalucía profunda y rural y que está comisariada por su hija María Aya y por el editor Diego Carrasco, puede verse desde ayer en el Museo Provincial de Huelva, organismo gestionado por la Consejería de Cultura.

Los retratos que integran la muestra, reproducidos en tamaño medio y grande, fueron obtenidos entre 1997 y 2003, después de que el fotógrafo sevillano concluyera su trabajo Las marismas del Guadalquivir y en plena madurez artística.

El delegado de Cultura en Huelva, Juan José Oña, que asistió a la apertura de la exposición, expresó su satisfacción por "contar con una muestra de estas características en el Museo de Huelva, fruto del excelente trabajo de sus comisarios". Asimismo, Oña agradeció la colaboración de la Fundación Cajasol para organizar tanto esta exposición como la recientemente finalizada dedicada a Cádiz y Huelva como puertos fenicios del Atlántico.

La exposición de Aya, que estará abierta al público hasta principios de junio, es representativa de su estilo, que se distingue por el uso contrastado de la luz y la sombra, con fotografías luminosas en las que se construye una atmósfera misteriosa y silenciosa. Se trata de imágenes poéticas, en las que cada personaje transmite un aura de melancolía y abandono. Los retratos más conocidos de Atín Aya Abaurre, de ascendencia navarra, surgieron en el contexto de las marismas del Guadalquivir, donde viven algunas escasas colonias de personas dedicadas a la pesca, el cultivo de arroz o el pastoreo.

El autor no afronta en su trabajo problemas contemporáneos o prospecciones de futuro sino que, por el contrario, documenta un presente en rápido proceso de desaparición.

Su obra se caracteriza por una alta factura técnica, con atención al detalle, definición precisa y elaborada composición de las imágenes, así como por la gran profundidad en el tratamiento, con una trama argumentativa