La cartilla de racionamiento ideológico que dejó emocionalmente inane a la España de la posguerra ha sido filmada por Agustí Villaronga en Pa negre, que alimentó las ansias cinematográficas en San Sebastián a pesar del plato documental poco elaborado de Naomi Kawase en Genpin, donde la japonesa captura con visión mesiánica la experiencia de un parto natural.

Las películas de la posguerra han sido durante mucho tiempo el menú del día del cine español, pero el personalísimo cineasta catalán consigue hacer única e intransferible la masa de su pan negro, adaptación no de la novela homónima, sino del espíritu literario del autor de ésta, Emili Teixidor.

El autor de Tras el cristal y El mar desvía la atención de lo político e ideológico para abordar la Guerra Civil como "esa piedra que cae en un charco de mierda y lo salpica todo", dijo. Sergi López, Laia Marull y Eduard Fernández como secundarios en un elenco encabezado por Roger Casamjor, Nora Navas y Francesc Colomer, participan en esta cinta que atrapa al espectador con una primera escena en la que un carromato se despeña dramáticamente, "un hecho contundente que, como una guerra, marca a los personajes para siempre".

El peso del pasado, tema recurrente en Villaronga, así como el elogio al diferente, la superstición o la castración física y mental articulan esta matizada, poética y adulta visión de las miserias de un país visto a través de la mirada crédula e imaginativa de un niño que vira en poco tiempo hacia la decepción y el escepticismo.