Cuarteto Cosmos

Un cuarteto bajo la influencia

  • El Cuarteto Cosmos presenta su segundo álbum, en que vuelve sobre Brahms, ahora junto a Beethoven y un estreno del catalán Octavi Rumbau

Bernat Prat, Helena Satué, Lara Fernández y Oriol Prat: el Cuarteto Cosmos en el Espacio Turina.

Bernat Prat, Helena Satué, Lara Fernández y Oriol Prat: el Cuarteto Cosmos en el Espacio Turina. / José Ángel García

Me reúno con los miembros del Cosmos Quartet en la Sala Silvio del Espacio Turina de Sevilla en la mañana del pasado viernes 2 de febrero, unas horas antes de su segunda comparecencia en este escenario tras su debut del año pasado. El Cosmos se fundó en 2014 en Barcelona y en menos de diez años se ha encaramado a una posición de honor entre las formaciones camerísticas españolas.

“Empezamos de forma muy distendida en un festival de música de cámara en Calella, en que tocamos en distinas formaciones. Nos sentíamos bien juntos, pero sin forzar nada”, comenta Bernat Prat, y Helena Satué añade: “Nos juntábamos más cuando íbamos a algún festival o a recibir masterclasses. Lo vivíamos más como una experiencia personal que nos enriquecía, pero pasados dos años llegó un punto en que pensamos que teníamos posibilidades y ahí sí que tuvimos que replantearnos el estilo de trabajo. Nuestra primera viola, Carlota, no estaba dispuesta a dar ese paso y fue entonces cuando se incorporó Lara, justo antes de uno de los primeros concursos en que participamos, el de Ginebra”.

Los concursos siguen siendo cruciales para lanzarse al mundo profesional: “Un concurso ayuda al grupo a crecer –comenta Bernat–. Normalmente hay tres o cuatro rondas y eso supone que tienes que tocar entre ocho y doce cuartetos, incluida música contemporánea”. “Te obliga a aprender mucho repertorio en diversos estilos –añade su hermano Oriol–. Son ejercicios intensos de aprendizaje”. “Además –tercia Lara Fernández– son fuente importantísima de información. Conoces a muchos grupos y ves cómo está el panorama de la interpretación.” “Si consigues algún premio en buenos concursos internacionales, como en nuestro caso, los de Heidelberg o Weimar, un concurso te abre muchas puertas”, insiste Bernat. “Te pone en el mapa”, remacha Lara. “En España cuesta mucho reconocer el talento propio, pero cuando alguien adquiere reconocimiento fuera, sí que empieza a apreciarlo, y en ese sentido también nos ha ayudado”, termina Helena.

Influences II - Cosmos Quartet Influences II - Cosmos Quartet

Influences II - Cosmos Quartet

Una de las notas características del Cosmos es que tocan con instrumentos fabricados por el mismo lutier, David Bagué. “En muchos concursos –dice Helena– nos criticaban por que cada uno teníamos un instrumento distinto y además, con las posibilidades que teníamos entonces, no eran grandes instrumentos. Este comentario se repitió varias veces. Bernat tenía un violín de David Bagué, y por tanto la relación con el lutier existía”. “Él estaba encantado, en realidad es casi un sueño para un lutier algo así ”, añade Lara, y Bernat plantea la cuestión desde un ángulo relevante: “Este mercado es difícil. Íbamos a concursos y la mayoría de los grupos iban con instrumentos carísimos cedidos por fundaciones y bancos… Y nosotros no teníamos nada de eso. Es significativo de la atención que España presta a estas cuestiones. Así que se convirtió casi en una necesidad del grupo. La lutería moderna te ofrece esas oportunidades a un precio más asequible. El sonido del grupo cambió, se homogeneizó y esa ha sido una característica nuestra que han alabado mucho los críticos”.

Poco antes de la pandemia el Cosmos publicó su primer disco (Influences), que incluía el Cuarteto nº3 de Brahms junto al Op.64 nº6 de Haydn y un estreno de Raquel García Tomás. El grupo acaba de poner en el mercado su segundo álbum (Influences II), que insiste en Brahms (Cuarteto nº1) ahora con Beethoven (Cuarteto Serioso) y otro encargo, el Cuarteto nº1 de Octavi Rumbau. Y falta un Influences III, en que el de Brahms se pondrá en relación con Mozart y otra obra de encargo, esta del valenciano Manuel Rodríguez Valenzuela.

El Cuarteto Cosmos. El Cuarteto Cosmos.

El Cuarteto Cosmos. / José Ángel García

“El leitmotiv es seguir el curso de la historia, ver las influencias de unos compositores en otros”, comenta Helena. “Es un diálogo de Brahms con el pasado y el futuro –añade Bernat–, lo que pienso que nos sirve para dar una imagen interesante del compositor, ya que Brahms tenía la etiqueta de conservador, pero luego llegó Schoenberg y lo consideró progresista. Brahms podía ser conservador con la forma, pero con la armonía era revolucionario. Y además está la idea de que el legado del pasado lo impregna todo, uno no puede quitarse la huella de lo anterior por mucho que quiera”. Lara ayuda también a poner en relación los tres trabajos: “Para el primer disco grabamos el Tercer cuarteto de Brahms, que es muy haydniano, y por eso el clásico escogido fue Haydn; el es muy beethoveniano y por eso va con Beethoven; y el 2º no es que sea muy mozartiano, pero sí que nos pareció importante recoger la trinidad de los clásicos vieneses y además la obra de Rodríguez Valenzuela sí que parte directamente de la de Brahms”. La presencia de la música contemporánea “es irrenunciable. Ya sabemos que no es fácil de vender a todos los programadores –comenta Oriol–, pero en general la respuesta del público es muy positiva. El año pasado programamos en Granada una obra de Sotelo y lo hicimos un par de veces antes y la gente estaba encantada, y la obra de Raquel gustó mucho también”.

Los discos son publicados por un pequeño sello barcelonés, Seed Music, que “nos da una gran independencia y libertad para escoger el repertorio y la imagen que queremos transmitir. Tienen una estética que nos gusta, en formato booklet”, dice Helena. Y Bernat añade: “Estuvimos en París hace dos semanas, nos seleccionaron para una bienal de cuartetos, y tener los dos cedés fue una ayuda”.

La competencia en el mundo del cuarteto es brutal. “Hay muchos grupos compitiendo. Idolatramos al Casals, pero creo que ahora mismo ellos no podrían haber hecho el tipo de carrera que hicieron, por el cambio de la sociedad y del mundo”, comenta Helena. Y Bernat termina: “Es una riqueza que haya muchos más grupos. Luis Gago decía que el medidor cultural de un país debería ser cuántos cuartetos de cuerda tiene. La gracia sería trasladar eso al público, y que el público fuera capaz de valorar a los grupos no tanto por su perfección técnica sino por su visión de las partituras”.

INFLUENCES II EN SPOTIFY

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