Huelva

El curioso caso del onubense Francisco García: Le salvan la vida tras romperse una dilatación en la arteria más grande del organismo

  • Profesionales del hospital Juan Ramón Jiménez realizan por primera vez un tipo de prótesis artesanal que salva la vida de un paciente condenado al desahucio terapéutico

Francisco García tuvo hace alrededor de tres meses una "experiencia casi religiosa", según la describe él mismo. Sus ganar de vivir, unidas al empeño y tesón del equipo de Cirugía Vascular y de Medicina Interna del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez, tanto los facultativos como el personal de Enfermería, permitieron que este onubense de 57 años sobreviviese a la ruptura de una gran dilatación de su arteria aorta -la más grande del cuerpo- en la zona abdominal, un episodio que, por las complicaciones que presentó, no era nada habitual e iba a costarle la vida.

Reiterados cólicos nefríticos -al menos uno por año- llevaban un tiempo poniendo en alerta a Francisco que, según explica a este diario, "acudía al hospital cuando los sufría y, posteriormente, me acababa curando de ellos, sin más complicaciones". Tan comunes eran estos episodios que se sometió a una ecografía que le detectaría un aneurisma y, antes de ser llamado para una intervención, "me encontraba tan mal una noche -un cuadro de dolor abdominal súbito con una bajada de tensión la semana previa- que tuve que ir al ambulatorio, desde donde me enviaron al hospital Juan Ramón Jiménez", recuerda. Es entonces cuando le diagnostican una rotura en la dilatación de la arteria aorta en la zona abdominal

Francisco García junto al personal del Juan Ramón Jiménez celebra el éxito de su intervención. Francisco García junto al personal del Juan Ramón Jiménez celebra el éxito de su intervención.

Francisco García junto al personal del Juan Ramón Jiménez celebra el éxito de su intervención. / M. G.

En casos como este el hospital Juan Ramón Jiménez dispone de un equipo experimentado de cirujanos vasculares que trata estos escenarios con la colocación de una endoprótesis aórtica por debajo de las arterias renales mediante un procedimiento mínimamente invasivo; o con la realización de un bypass aórtico mediante cirugía abierta. No obstante, "la situación en la que se encontraba Francisco, además de poco frecuente, era mucho peor", subraya la doctora Mary Trini Peralta, jefa de Cirugía Vascular. "La dilatación había roto la pared arterial provocando un sangrado interno potencialmente mortal y, desgraciadamente, este aneurisma comprometía los troncos viscerales -las arterias que irrigan el hígado, bazo, intestinos y arterias renales-", explican desde el centro hospitalario. 

El tratamiento urgente es un reto en estos casos porque "es necesario preservar la circulación de los órganos vitales", si bien esto se antoja imposible ante la inexistencia de prótesis a la medida de cada paciente. En este sentido, cabe apuntar que la demora para fabricar una prótesis individualizada con estas características por la casa comercial asciende a al menos mes y medio, precisan desde el hospital. Es por ello que "en estos casos se desestima una intervención urgente, optando por medidas de confort para que el paciente no sufra". 

Francisco García junto al personal de Cirugía Vascular. Francisco García junto al personal de Cirugía Vascular.

Francisco García junto al personal de Cirugía Vascular. / M. G.

Esta situación inicial de desahucio terapéutico tendría un final diferente al que las estadísticas podrían respaldar. Mucho tuvo que ver que Francisco García no quisiera ser sedado. "Sentía dolores muy intensos, como si unos pinchos se clavasen en la espalda, pero tenía claro que no quería tirar la toalla porque no me quería morir. No podía perder la esperanza", señala. 

Las ganas de vivir y la estabilidad clínica del paciente pasadas unas horas “nos impulsó a replantearnos la actitud terapéutica y valoramos hacer una customización intraoperatoria de una prótesis fenestrada”, indicó la doctora Peralta. Esto consiste en que, a partir de una prótesis estándar, los profesionales diseñaron y fabricaron artesanalmente ellos mismos unos orificios en los sitios exactos que le permitirían preservar las arterias viscerales y se la implantaron de forma urgente. Eso sí, el equipo de Cirugía Vascular -los doctores Mary Trini Peralta, Mássimo Bettoni, Ana Monte, Benito Méndez y Pedro Astudillo- no estaría solo, pues contaron con el apoyo del doctor Mariano de Blas que, en aquel momento estaba por Andalucía. Este radiólogo vascular tiene experiencia en casos excepcionales como este, en los cuales es imposible esperar a la fabricación de la endoprótesis.

Tampoco se entiende este éxito sin la labor del equipo de Medicina Interna del Hospital, quienes monitorizaron estrictamente al paciente en la planta de cirugía vascular los días previos a la intervención, con un seguimiento muy estrecho. El equipo compuesto por Jaime Díaz, Aurora Espinar, Susana Bermejo y Esther Ortiz tenía la difícil tarea de "aguantar al paciente desde los puntos de vista médico, hemodinámico y respiratorio, además de controlar su dolor", explica a este diario el doctor Jaime Díaz, que añadía que, tras todo ello, "también nos ocupamos de su rehabilitación". 

El sentido abrazo entre Francisco García y Jaime Díaz. El sentido abrazo entre Francisco García y Jaime Díaz.

El sentido abrazo entre Francisco García y Jaime Díaz. / M. G.

Al equipo de Medicina Interna el caso de Francisco "nos marcó mucho por su vitalidad y por el buen desenlace que tuvo un episodio muy poco frecuente. Para nosotros fue todo un reto", resume. "Es un claro ejemplo de que la colaboración entre especialidades permite crecer tanto a los equipos clínicos como quirúrgicos, con un excepcional beneficio para nuestros pacientes”, coinciden tanto el doctor Díaz como la doctora Peralta.

Francisco García se encuentra en pleno proceso de recuperación, mostrándose muy orgulloso de "estar bien". Ahora trabaja en la recuperación de su peso, pues salió del hospital con apenas 50 kilogramos, habiendo ya recuperado nueve en los dos últimos meses. Gracias a él y al equipo del hospital Juan Ramón Jiménez, empeñado en encontrar una solución a un caso con un pronóstico tan desfavorable, a Francisco le pudo ser devuelta su salud.

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