"Para mí es mucho más dramática la guerra de las audiencia que la de la censura, entre otras cosas porque trabajé toda mi vida en Televisión y no conozco a nadie que le censuraran, porque tu sabías lo que podías hacer y a nadie se le ocurría otra cosa". La verdad es que toda la primera etapa de Guillermo Summers fueron programas infantiles, de concursos, no tenían contenidos políticos. "En los informativos supongo que habría sus normas. Nunca me he sentido censurado, porque cuando tienes unas normas, que aunque pueden ser bestiales, no te metías en ellas, porque mis programas no eran de ese tipo". Lo cierto es que la única vez que le censuraron fue en el tiempo de ahora. "Me intentaron censurar en un programa que hacía cuando aquí estaba todo el follón de Juan Guerra, hice una parodia y me obligaban a cortarla, era una cosa tonta, un gag, dije que no lo quitaba; hacedlo vosotros, bajo vuestra responsabilidad, les señalé, luego lo cortaron, pero aquello no trascendió".

Los últimos programas no estabas sujeto a ese tipo de rigor. Una apuesta difícil fue en 'Y sin embargo te quiero' donde "empezamos a meternos con la propia Televisión Española, nos dio más de un disgusto, había solo una televisión, éramos Salas y yo como Zipi y Zape, nos llamaron varias veces al orden". Ese tiempo le dio la posibilidad de recuperar el archivo de Televisión Española. "Es de lo que más orgulloso que me siento, porque no había nada, estaba todo desordenado, vimos 'Mitomania', 'La historia de la tele', 'Devórame otra vez'... programas de los que se tiraba del archivo. Era una barbaridad que el patrimonio histórico, la memoria historia de este país estuviera ahí tirado, y esto supuso la recuperación del archivo".

Tras 41 años de televisión se ha podido dedicar a pintar y hacer esculturas que es lo que le gusta. También ha dado un salto a la cocina, aunque sólo para ilustrar el libro de Federico García Serrano, el dice que no sale del huevo frito.