"En los 35 años que llevo de ejercicio de la profesión, sólo recuerdo dos casos en los que los padres hayan acudido juntos a la comunión de sus hijos". Es la otra estadística, paralela a la recogida por el INE, que en este caso aporta la abogada onubense María José Marfil. Se refiere a la intervención de los que considera "principales damnificados" en las rupturas matrimoniales, en las que siempre reclama a las partes que sepan "conciliar los criterios de educación de los hijos".

Habría que tener muy en cuenta la recomendación, que va dirigida hasta a un 63% de los divorcios que se cierran en la provincia de Huelva. Porque sólo 390 de las 1.054 demandas registradas el año pasado eran de matrimonios sin hijos dependientes. En el resto, 663, en mayor o menor medida intervinieron medidas de custodia o de pensiones alimenticias.

La abogada aracenense María Asunción García reconoce que los hijos han sido durante años "el comodín" utilizado en los matrimonios para posponer una ruptura que en la mayoría de los casos acababa llegando. "A veces es peor, sobre todo para los niños, que lo sufren, mantener la convivencia" en un hogar ya roto, asegura.

María José Marfil también cree que los hijos "ya no son un freno" como sí eran antes. "Tampoco debían serlo en ningún caso, porque siempre es peor seguir en el mismo domicilio", coincide. "Lo importante es que las dos partes sepan conciliar los criterios de educación de los niños", insiste. "Es muy raro encontrar parejas que realmente estén comprometidas con sus hijos tras divorciarse".

Los números del INE recogidos en Huelva el año pasado apuntan que la custodia a cargo de la madre se dio en 500 ocasiones, y a cargo del padre, en 29 casos, a los que se añaden 88 conjuntas.

"Todos deben tener en cuenta que los niños necesitan una referencia de familia, que es la que van a proyectar", añade Marfil. Y eso, subraya, no es cuestión de barrios ni de estatus económico.