Eternamente en las quinielas, pasa de la potencia al acto el número dos de la casa del Conquero.

Arrancaba la década de los noventa cuando Ignacio Caraballo (Chucena, 1953) dirigía las sucursales de la Sierra de la Caja San Fernando y el PSOE le tentó para la candidatura a la Alcaldía de su localidad natal, cargo que ostentó de 1991 a 2008, siendo actualmente concejal de Relaciones Institucionales en este Ayuntamiento y una pieza clave en el equipo político de su cuñado Mario Jiménez.

Dentro y fuera del partido, se considera que su estilo político y personal está en las antípodas del de su antecesora, a cuya marea de renovación logró imponerse el socialista en 2007 -por su peso en el partido-, cuando Petronila Guerrero implantó su ordeno y mando en la Diputación Provincial. Caraballo estuvo entonces sólo a un paso de tirar la toalla y regresar a la banca. Pero resistió, y se da por hecho que su continuidad en la Cámara provincial no fue una cuestión de estrategias ni de pactos blindados.

A Caraballo se le presume más mano izquierda para un Gobierno en minoría, como el que deparó el 22-M a la Administración supramunicipal. En el sedimento de su vida política e institucional -que arrancó en 1987, con la militancia en el partido, en paralelo a su afiliación a UGT-, mantiene una semblanza más flexible, dialogante, cercana y la autoridad de quien en la sombra mueve muchos hilos en el aparato provincial, después de muchos años de fontanería silenciosa, entre sustituciones y escaparates institucionales que le han convertido en una pieza capital. El hasta ahora vicepresidente de la Diputación -cargo que ostenta desde 2003- y presidente del Patronato Provincial de Turismo es también, a nivel orgánico, secretario de Organización de la Comisión Ejecutiva Provincial del partido.