Los proyectos de los campus de excelencia son una de las apuestas más ambiciosas y necesarias para las universidades españolas y por ende, andaluzas. El objetivo es que la investigación no se quede rezagada en nuestras latitudes y se enganche al tren europeo, que de una manera histórica lleva años de adelanto.

Con este propósito fueron lanzados cuando surgieron en 2009, entonces aún quedaba dinero en la caja antes de que la crisis hiciera sus estragos. La Universidad de Huelva (UHU) no se quedó atrás en el entusiasmo mostrado a la hora de formar parte de alguno de estos campus que prometían poner en el mapa una geografía universitaria, quizá demasiado atomizada como es la de este país.

Cuando ya han pasado nueve años desde que surgiera esta iniciativa, la Onubense sigue adelante en cuatro campus de excelencia que pese a los malos años atravesados, originados por los recortes, han mantenido su actividad y siguen su camino hacia un futuro en el que uno de sus mayores atractivos se encuentra en el hecho de poder acceder a las convocatorias europeas de financiación, que suponen nada menos que entre uno y dos millones de euros.

Cuatro son los campus en los que se encuentra la UHU: el Agroalimentario (ceiA3), el del Mar (CEI-Mar), CamBio y Patrimonio. Actualmente en activo solo están ceiA3 y CEI-Mar.

Manuel Jesús Díaz es el responsable en la Universidad de Huelva de los campus de excelencia y un auténtico apasionado de esta iniciativa. Está completamente convencido de que se trata de una de las opciones más claras que tiene una universidad como la onubense para estar en contacto con los niveles investigadores más exigentes del continente. Sabe que no es un trabajo que se pueda realizar de la noche a la mañana, ya que exige un esfuerzo por parte de los investigadores, pero es consciente de que los resultados serán más que gratificantes.

Los campus de excelencia son importantes para la UHU porque entre otras cosas, la Onubense representa el 7% del trabajo investigador que realizan las universidades andaluzas. La aceptación de los profesores en la UHU es importante, pues sobrepasan el 90% los que muestran su interés en quedar incluidos de un modo u otro en uno de estos campus.

2015 fue un año trascendental para esta iniciativa. Fue el momento prometido por la Junta de Andalucía para efectuar una criba. Tras ella, quedaría claro cuáles serían las que recibirían financiación de la Administración autonómica. Esto dependía a su vez de que el Ministerio de Educación concediera el sello de excelencia. Ese sello, en el caso andaluz, recayó en tres. De esos tres, la UHU está involucrada en dos, que son precisamente el Campus Agroalimentario y el del Mar. La Junta de Andalucía, que mostró su fe en esta iniciativa, asumió la financiación toda vez que el Gobierno central cortara el grifo dentro de la política de recortes que aplicó en la crisis. La Administración autonómica empezó a aportar dinero a partir de 2016, lo que evidentemente ha ayudado en mucho para el desarrollo de sus actividades.

Los otros dos campus en los que la Onubense también está incluida, CamBio y Patrimonio, al no tener sello de excelencia del Ministerio de Educación pueden seguir desarrollando actividades aunque no pueden contar con recursos externos, sino aquellos que las propias universidades quieran aportar.

De este modo, tras el casi espectacular inicio que tuvieron los campus de excelencia, se dio paso a un trabajo más silencioso pero que no ha dejado de hacerse, según atestigua Manuel Jesús Díaz. De los dos campus de excelencia de los que forma parte la Onubense, "el que está mejor situado es el Agroalimentario, aunque también hay que tener en cuenta que se creó un año antes que el del Mar". La visión de Díaz es tal que incluso fomenta la colaboración entre los dos campus: "No se trata de que se llegue a fusión, pero sí de colaborar en ámbitos en los que haya similitudes, así como en iniciativas docentes como programas de doctorado o másteres".

Porque el objetivo de estos campus no se ciñe sólo a la investigación, sino también a la docencia. Dentro de este último ámbito hay que fomentar "iniciativas, por ejemplo másteres, lo suficientemente atractivos como para que nuestros estudiantes no sólo no se vayan sino que vengan otros de fuera" y esto sólo se consigue cuando "los investigadores se conocen y se dan cuenta de las ventajas que hay en trabajar juntos". Díaz señala que algunas de las principales barreras que hay que derribar se encuentran en las mentes tradicionales, que ven cada universidad como un pequeño coto cerrado.

Pero además, la idea es captar proyectos con financiación europea que ponen en contacto a los investigadores andaluces con los de otras latitudes: "Desde la Unión Europea se pretende que esos proyectos creen sinergias entre el Norte y el Sur, de modo que los países más punteros como puede ser Alemania, no capitalicen todos los fondos disponibles". De ahí que "creemos grandes espacios como son los campus de excelencia o nos quedaremos fuera de juego".

Uno de los pasos que se han dado para facilitar el dinamismo de los campus es la creación de sus correspondientes fundaciones , de modo que "aunque el consejo rector sigue siendo el mismo, no depende de las universidades; ya se cuenta con otro tipo de esquema". Otra de las ventajas de contar con una fundación es que el dinero se reparte mejor entre las universidades que forman parte de cada campus, ya que "la fundación obliga a una cierta coordinación para el crecimiento del CEI".

De los campus en los que participa la Onubense el más avanzado es el Agroalimentario, que ya ha conseguido el visto bueno europeo para proyectos hasta ahora preferentemente encaminados al mundo del olivar en ámbitos como el tratamiento de los residuos o la eliminación de los pesticidas.

CEI-Mar, por su parte, anda en tres proyectos. En uno de ellos la Universidad de Huelva tiene bastante protagonismo, ya que se trabaja en drones submarinos. Los otros dos son sobre residuos de pesca y la mejora de ésta.