OBITUARIO

Fallece Felipe Fernández Caballero

La parroquia mayor de San Pedro despidió ayer al sacerdote Felipe Fernández Caballero, que fuera hasta hace unos años párroco moderador de la misma. Cuando dejó la parroquia porque había superado con creces la edad de su jubilación, no quiso ningún acto de homenaje y dejó como recuerdo tantos años al servicio de este templo embrión de la iglesia católica onubense.

Muchos acudieron a darle el último adiós en unas naves repletas de amigos y feligreses y de los sacerdotes de esta Diócesis; así como de la comunidad grecocatólica Ucraniana, a la que acogió durante tantos años. La misa de córpore insepulto la presidió el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, quien dijo que "cuando un hermano termina su peregrinación nos reunimos para proclamar la fe", en una acción de gracias con la esperanza de la feliz resurrección, "un momento de esperanza que nos ilumina pero no nos dispensa de la prueba del dolor". Recordó su tiempo de sacerdote y como profesor del Seminario, "dedicando su vida a explicar la moral cristiana, la doctrina social de la Iglesia a vivir en Cristo".

Su hermano Ildefonso tuvo unas últimas palabras de acción de gracias tras concluir la Eucaristía y de gratitud a tantos que estuvieron cerca y en especial en estos últimos meses.

Felipe Fernández Caballero dedicó su vida sacerdotal a diferentes actividades pastorales, no solo como párroco, sino de profesor, tanto del Seminario como de instituto, así como en diferentes actividades en el Obispado. Natural de Trigueros fue ordenado sacerdote en Huelva el 12 de junio de 1954, licenciado en Derecho Canónico y Graduado en el Instituto de Estudios Sociales León XIII de Madrid; tenía también el título de Magisterio. Entre sus tareas pastorales estuvieron las de juez del Tribunal Diocesano, miembro de la Comisión Asesora del Diaconado Permanente y de la Comisión Administrativa de las Cajas de Compensación. Falleció a los 86 años de edad, celebrando sus últimas Eucarísticas en la parroquia de Cristo sacerdote de la que era feligrés y, como tal, colaborador de ella.

Le dedicó esfuerzo y cariño a la parroquia mayor de San Pedro, que es el templo primero y el edificio más antiguo y referente de la ciudad. Ello le llevó a emprender muchas acciones de restauración de su patrimonio histórico que hoy continúa la parroquia. Esfuerzos que no estuvieron exentos de sufrimientos, bien empleados por cuanto lo que supone el estar convencido de la importancia de esta acción. Le imprimió seriedad a la gestión diaria de un templo que no solo forma parte de la comunidad católica sino de toda Huelva. Descanse en paz.

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