Huelva

La Cruz peregrina de la Juventud llega a Huelva

  • Cientos de onubenses recibieron con gran emoción al Sagrado Madero, que fue trasladado por la comitiva hasta el altar de la rotonda del Papa.

Día grande para la Diócesis de Huelva. En la calurosa tarde del Domingo de Pasión, la Cruz que en 1985 el Papa Juan Pablo II destinara a los jóvenes del mundo arribó a la sede de la Hermandad del Rocío de Huelva, junto con la inseparable imagen de María Salus Populi Romani -réplica de la que se conserva en la basílica de Santa María la Mayor de Roma-. Cientos de onubenses recibieron con gran emoción al Sagrado Madero, que fue trasladado por la comitiva hasta el altar de la rotonda del Papa.

Desde un estrado presidido por la imagen de Benedicto XVI, el obispo emérito de la Diócesis, Ignacio Noguer, y el obispo de Huelva, José Vilaplana, recepcionaron la Cruz peregrina (con una altura de 3,8 metros), que recorrerá la provincia durante toda la semana como preludio a la gran cita de agosto, la de la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud en Madrid, donde los más jóvenes católicos españoles proclamarán su fe en Jesucristo.

José Vilaplana se dirigió a los feligreses para ofrecerles la Cruz de Cristo y transmitirles un mensaje evangelizador desde el significativo enclave de la Avenida de Andalucía. Desde allí también se rezaron los misterios del rosario.

Fueron ayer los propios chavales los que portaron la Cruz de Juan Pablo II en un multitudinario vía crucis que partió desde la rotonda del Papa de la capital onubense .

En la comitiva, muchos jóvenes de la provincia con guitarras acompañaron al Sagrado Madero en su caminar por las calles San Sebastián, Jesús de la Pasión, por la Plaza de San Pedro, la calles Daoiz, Ginés Martín y Vázquez Limón hasta desembocar en la Plaza de La Merced. Aquí, en pleno corazón de Huelva, culminó el recorrido por la capital.

Entonces la Cruz llegó hasta el templo catedralicio de Huelva, donde se celebró una vigilia en torno a ella y al icono de la Virgen María. Los jóvenes participantes en esta emotiva jornada pernoctaron ayer en el monasterio de las Oblatas de Cristo Sacerdote.

La Cruz fue entregada por el Papa Juan Pablo II a los jóvenes, hace ya más de veintiséis años, con este mensaje: "Os confío… ¡la Cruz de Cristo! Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad, y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención". Desde entonces, esta Cruz ha recorrido todo el mundo con motivo de la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud.

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