Huelva

Beas inaugura su belén viviente

  • La tradicional representación está dedicada este año a los niños Ruth y Jose · Más de 170 pequeños protagonizan sus escenas, con varias novedades en el recorrido, como un gran puente romano y un castillo.

La ilusión de los niños de Beas es doble cuando llega la Navidad. Por un lado, aguardan impacientes el día de los Reyes Magos, pero además la emoción se adueña de ellos porque se convierten en los grandes protagonistas de un Belén viviente de enorme tradición en Huelva y más allá de la provincia onubense. Son más de 170 niños con edades comprendidas entre los 5 y los 14 años los que participan en esta iniciativa.

Precisamente ayer abrió sus puertas la representación beasina, que viene cargada de significativas novedades. La primera salta a la vista nada más cruzar la puerta de entrada. Un gran puente romano forman parte este año del escenario y permite disfrutar a quien pasa por él de una panorámica privilegiada de todo lo que allí acontece. También por primera vez este recinto, que ocupa los 2.500 metros cuadrados, cuenta con un enorme castillo. Y junto a los cambios estructurales del recorrido se suman nuevas escenas "dedicadas a nuestra tierra -explicó Antonio Olivero, hermano mayor de la Hermandad Nuestra Señora de los Clarines, organizadora de esta iniciativa con la colaboración del Ayuntamiento de la localidad y la Diputación de Huelva. "Son las dedicadas a la recolecta de la aceituna, un medio de vida en Beas, y la carpintería de barcos que simula a los Astilleros de Huelva", indicó Olivero. Además, el Belén estrena una tintorería. Todas estas estampas se suman a las ya tradicionales cena de pastores, la matanza, el huerto, la anunciación a los pastores, la huida a Egipto, la bodega, la boda hebrea y el molino. Son sólo algunos ejemplos de las casi 40 escenas allí representadas.

Haciendo caso omiso a la afirmación del Papa, el Belén beasino cuenta con un buey y una mula en el Misterio, animales de carne y hueso. Y no son los únicos. A lo largo y ancho del recorrido, los visitantes pueden contemplar gallinas, borregos, pavos, palomas, conejos, codornices y perdices, entre otras especies que, sin lugar a dudas, hacen las delicias del público más infantil.

La edición de este año del Belén viviente de Beas está dedicada a los niños desaparecidos Ruth y José Bretón y en su nombre ayer fue descubierta una placa "con la que queremos demostrar nuestra solidaridad", apuntó el hermano mayor.

El horario de visitas es de 15:30 a 18:00 los fines de semana y festivos, y de 11:00 a 13:30, también los domingos. Asimismo, los días 11, 13 y 18 de diciembre abrirá sus puertas a los grupos escolares de 10:30 a 13:00. El precio de las entradas es 3 euros para los niños con edades comprendidas entre los 3 y 12 años y 5 euros el resto. La recaudación se destinará al mantenimiento de la ermita de Clarines.

La Hermandad Nuestra Señora de los Clarines fomenta también el espacio exterior al Belén con visitas a su museo, a la ermita de los Clarines y al Belén de la iglesia de San Bartolomé. Además, un grupo de campanilleros llena de villancicos y música tradicional los aledaños del recinto.

La organización ha habilitado una zona amplia de aparcamientos para responder a la enorme demanda que se produce en la localidad los días de apertura del Belén. Antonio Olivero espera superar este año la cifra de 22.000 visitas registrada en 2011. "Pese a la situación económica en la que nos encontramos, confiamos en que vengan más personas que el pasado año, teniendo en cuenta los precios populares que tenemos y también que nuestro Belén viviente invita a olvidarse del mundo entre el olor a romero y las sonrisas de los niños".

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