proyecto de investigación | el grupo gaia crea un preciso mapa virtual del fondo marino

El 'Rey Gerión' surca los mares y ríos onubenses del Neolítico

  • Los científicos estudian cómo era el hábitat costero de Huelva hace más de 10.000 años

  • La reconstrucción paleogeográfica podría detectar vestigios prehistóricos de civilización bajo el agua

El más antiguo monarca de Tartessos, el rey Gerión, al que la mitología griega representa con tres cuerpos y al que señala como derrotado por un triunfal Hércules en el décimo de sus diez trabajos, da nombre a un interesante proyecto de investigación liderado por el doctor en Arqueología Subacuática onubense Claudio Lozano, miembro del grupo de investigación de Geociencias Aplicadas e Ingeniería Ambiental (GAIA) de la Universidad de Huelva, en el que colabora un equipo de investigadores de la Onubense y otras instituciones, empresas y agentes externos.

El objetivo del estudio titulado La paleocosta de la provincia marítima de Huelva, paleocanales de la red fluvial durante el episodio geoclimático Fladriense: evaluación paleo-ambiental e identificación de contextos humanos sumergidos, del que ya se ha culminado la fase inicial, es "obtener una perspectiva clara de dónde estaban y cómo eran los cauces de nuestros ríos, cómo ha cambiado su geomorfología y cómo ha cambiado nuestra línea de costa desde el final de la última glaciación, desde hace unos 10.000 años, lo que nos será de gran ayuda para identificar y conocer los hábitats prehistóricos costeros", subraya Lozano.

Creo que gran parte del Neolítico de la costa de Huelva está bajo el agua"

Esa fase primigenia se inició el pasado año. Principalmente, los esfuerzos de los investigadores se centraron en la sistematización de un gran volumen de datos de campañas científicas anteriores, realizadas por administraciones públicas como el Instituto Oceanográfico Nacional o el Ministerio de Medio Ambiente, pero también de otros grupos de investigación universitarios o de empresas privadas que han colaborado con sus datos.

Este ingente volumen de información, una vez trasladado al mundo virtual, "nos ha permitido realizar un modelo digital del terreno, una cartografía muy detallada del fondo marino" en tres dimensiones y que combina todos los datos sistematizados.

La idea es superponer a todo este compendio informativo previo, ya cartografiados, los nuevos datos que va a recabar el equipo de investigadores en la segunda fase del proyecto, que está previsto que se inicie a finales de la próxima primavera y que tendrá al catamarán de Lozano -también bautizado como Rey Gerión- recorriendo la costa onubense de cabo a rabo, "desde la desembocadura del Guadiana a la del Guadalquivir", para obtener una mayor precisión y registros en determinados sectores.

En estas venideras campañas del proyecto se creará un mapa detalladísimo del fondo marino onubense. Será posible gracias al exhaustivo escrutinio de las profundidades. Para ello "hemos dividido la costa de nuestra provincia en 20 sectores distintos e iremos trabajando en ellos con toda la tecnología de la que disponemos".

Se refiere Claudio Lozano a los avanzados aparatos con que está pertrechado el catamarán Rey Gerión: "Utilizaremos para la batimetría una sonda multihaz (que permite detectar la profundidad existente y la forma del fondo), un sónar de barrido lateral, un magnetómetro de protones, un perfilador de fondo, que nos permite discernir la estratigrafía debajo del sedimento, y un robot". Este último permite tomar imágenes del fondo "sin necesidad de que para cada comprobación se tenga que tirar un buzo, con los riesgos que ello puede conllevar". Más práctico, más rápido y menos arriesgado.

Durante los últimos 10 años, Claudio Lozano ha trabajado con este instrumental científico en diversas campañas por todo el mundo: Chipre, Portugal, Gran Bretaña, Costa Rica, Madagascar o Japón han sido algunas de las localizaciones donde ha tenido la oportunidad de poner a prueba estos equipos y de adquirir la experiencia necesaria para afrontar un proyecto como este.

Una vez que el equipo que esté a bordo de la embarcación repase nuestras ancestrales aguas, "obtendrá información del litoral entre los cero y los 70 metros de profundidad". Con esto "esperamos crear un modelo digital del fondo marino, con una precisión de un metro por un metro de toda la provincia marítima de Huelva", lo que suministrará a los investigadores una gran herramienta para futuras campañas científicas.

"Desde el 10.000 antes de Cristo, coincidiendo con el último periodo posglacial, el nivel del mar en nuestra costa empezó a subir paulatinamente, pero ya hemos detectado que ese ritmo de subida a veces se estancó durante un periodo prolongado de tiempo y en esos momentos de pausa fue cuando se formaron las distintas costas que hoy permanecen sumergidas", explica Lozano a este diario.

Pensemos que durante el último máximo glacial (hace unos 20.000 años) la orilla de la playa de la actual Huelva "estaba 120 metros más abajo" de donde se ubica hoy día. Por tanto, es obvio que nuestros ríos y su morfología también "eran muy diferentes". Estos cambios en la línea costera se perciben ya con cierta claridad en el modelo preliminar que manejan los científicos de la Onubense, "ahora queda incorporar los datos nuevos que obtengamos en la segunda fase".

Una vez obtenido el mapa digital en tres dimensiones con el máximo detalle, "tendremos que realizar una serie de sondeos que nos permitan establecer las dataciones y saber fechas con mayor precisión de las unidades geológicas más representativas".

Sirva como ejemplo que en el Neolítico "los vientos no eran como ahora y los ríos tenían otros trazados en sus desembocaduras", por lo que la dinámica del litoral era completamente diferente. Todavía es pronto, no obstante, para aventurar conclusiones.

Lo que sí han detectado ya Lozano y los suyos son "paleoplayas en torno a los seis metros de profundidad y en torno a los 18 metros" en el análisis preliminar de los datos que arroja el mapa. "Si había una playa en el 10.000 antes de Cristo y ese era el frente de playa, no lo conocemos ni tampoco conocemos el hábitat de quien vivía allí".

No obstante, los resultados obtenidos sí podrían servir más adelante para conocer más cómo eran los habitantes de las áreas costeras de la provincia de Huelva en aquel contexto histórico. "Si vivía gente allí, puede que en una posterior campaña arqueológica se puedan detectar las construcciones que realizó y el hábitat en el que vivieron que a día de hoy, puede estar sumergido".

Así lo estima el científico: "Creo que gran parte del final del Neolítico de Huelva está bajo el agua, porque no tenemos evidencias de él más que tierra adentro, especialmente en las comarcas relacionadas con la minería y su tránsito al Calcolítico, pero no tenemos un conocimiento profundo de la evolución del hábitat costero para estos periodos".

En cuanto a qué clase de hallazgos o de edificaciones se podrían encontrar, Lozano afirma que "este tipo de proyectos se vienen realizando en otras partes del mundo desde hace años y, si atendemos a las publicaciones científicas de estos investigadores, los hallazgos más representativos son los paisajes y el hábitat del hombre neolítico, lo que no descarta que vayan asociados poblados, necrópolis o elementos arquitectónicos como dólmenes", que ya están apareciendo en otras regiones, como en India, Israel, Cerdeña, Escandinavia o Siberia.

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