Crítica '3 bodas de más'

Gags inaugurales

3 bodas de más. Comedia romántica, España, 2013, 95 min. Dirección: Javier Ruiz Caldera. Intérpretes: Inma Cuesta, Rossy de Palma, Quim Gutiérrez, María Botto, Martín Rivas, Paco León, Berto Romero.

Este festival, como tantos otros a los que imita, sigue empeñado en volcar en los prejuicios ajenos lo que en realidad es una flagrante contradicción interna y una clara concesión a extraños intereses en su política para con la película inaugural, la que abre bajo los focos y la atención mediática su semana de gloria efímera.

Se apuesta por los autores, la resistencia, el riesgo, lo otro y la vanguardia europeos, sí, pero se sigue inaugurando en el viejo teatro aterciopelado y ante todas las autoridades, instituciones y patrocinadores con películas comerciales (Warner y Antena 3 en la cabecera), cine de género popular y rostros conocidos, que tienen su vida o su desastre garantizados muy lejos de certámenes como éste.

Digo yo que, ya que estábamos, lo suyo hubiera sido abrir con una buena película de ese Portugal celebrado del que, por cierto, no hay ningún título en la lujosa Sección Oficial, o con cualquiera de las muchas y prestigiosas cintas que se han traído de Cannes. Pero no, los rostros de las fotos de portada del SEFF del X aniversario serán los de Paco León, Rossy de Palma e Inma Cuesta.

Pese a todo, y por sí misma, 3 bodas de más es una más que aceptable y por momentos muy divertida comedia romántica, mucho menos posthumorística y chanante de lo que se ha vendido y mucho más deudora, y esto es un halago, de las viejas fórmulas de guión, personajes (con especial generosidad para con los secundarios) y gags del cine clásico norteamericano (Hawks), pasadas por el filtro contemporáneo de ese toque Apatow que los guionistas y Ruiz Caldera no sólo no disimulan sino que celebran de manera explícita en no contadas ocasiones, del golpe del bebé en la cabeza a la mierda esparcida por la toquilla, pasando por la erección del adolescente.

3 bodas de más celebra además una nueva liberación (sentimental) femenina que pasa por la autoafirmación personal y laboral, asunto que, con el encanto gafapastil de Inma Cuesta mediante, le augura a esta cinta un enorme éxito en identificaciones.

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