Luis Alberto de Cuenca. Poeta

"El niño que fuimos es quien nos alumbra"

Foto: Jesús Marín

Foto: Jesús Marín

-Visita Cádiz para dar una charla sobre las armas y las letras en Cervantes. El Quijano no tenía dudas sobre qué era superior. -Y el del Quijote no era un discurso impostado o para ganarse al noble de turno: era realmente lo que Miguel de Cervantes pensaba. Para él, ser soldado era un ejercicio mucho más noble y, de hecho, se dedicó a las letras cuando ya no pudo ejercerlo más: incluso cuando perdió el uso de la mano y el brazo izquierdos, siguió siendo soldado. En la época era habitual que se mezclaran ambas profesiones, ahí tenemos el caso del italiano Francisco de Aldana.

-Aunque ni armas ni letras lo trataron muy bien.-Desde luego. Ocurre que Cervantes se sentía fundamentalmente soldado, no ontológicamente. Gracias a eso tenemos El Quijote.

-La comparación con el IV Centenario de Shakespeare es sangrante.-Se ha llegado muy mal de presupuesto y se ha optado por la vieja fórmula de meter todo lo que se hiciera bajo el nombre de Cervantes en el mismo bloque. También da la sensación de que se hizo un gran esfuerzo en 2005, aniversario de la publicación de El Quijote, y ahora el ánimo estaba más desinflado...

-Por no hablar de nuestra tradicional desafección hacia el patrimonio. -Este país tiene que arreglar las cuentas con el pasado, reconciliándose con él como en otros lugares se ha hecho de manera fluida y normal. Estas dos Españas llegan hasta la cultura. Recuerdo una conversación con una actriz española que me decía que la cultura había sido siempre de izquierdas. Algo que no es así simplemente porque las izquierdas y las derechas existen desde 1790 y la Asamblea Constituyente. "Pero Quevedo era claramente de izquierdas y Góngora, de derechas", decía ella. La genialidad no se mide de este modo. Velázquez y Cervantes no habrían sabido ni de qué les estábamos hablando.

-Las ideas pueden cambiar, pero el mundo sigue siendo brutal e ignorante, como le parecía al Quijote. Se avanza muy despacio. -Eso siempre lo decimos los de la misma zona del mundo. Habría que ver hasta qué punto la brutalidad del hombre es inherente a su paso por la tierra. Desde luego, una persona como Cervantes puede crear al Quijote, que es pura nobleza, y usar a ese personaje para transformar el orden imperante, y convertirlo en un ideal. Eso es lo que lo hace tan reactivo. En cualquier parte, o en cualquier época, podríamos decir que somos unos desalmados. Somos un país de sabios y de asesinos, de personas malas y buenas a la vez.

-Hablando de sabios, ¿cree que un pacto por la educación resolvería gran parte de nuestros males? -Es algo absolutamente necesario y tenemos los mimbres para poder hacerlo, para que no se quede en palabras. Uno de los problemas del sistema, por ejemplo, es que se han elaborado tantas leyes de educación que no se han podido aplicar. Deberíamos volver a la trinchera anterior a la división de las enseñanzas en 17 comunidades. Lo que hace patria es la educación común. Luego, ya en el terreno de la utopía, pienso que el Latín y el Griego deberían ser una gimnasia obligatoria para todos.

-Son muy buen sudoku...-Un sudoku excelente, que además te sirve para indagar en tu identidad.

-Es inaudito que en las enseñanzas medias no se enseñen las lenguas históricas estatales, por ejemplo. -El desarrollar un proyecto nacional pasa no por el aislamiento, sino por la proyección. Su contrario ha convertido a los nacionalismos periféricos, e incluso al español, en un enemigo. Y en esto, la culpa está repartida. El idioma debería ser un estandarte: no sólo te da la opción de dominar una lengua; es una herramienta para ver que el otro no es mezquino, no está loco. No es un extraño.

-Es un defensor de la no diferenciación entre "alta" y "baja" cultura. -Es una barbaridad que en nombre de no sé qué excelencia se defenestre, por ejemplo, a Pérez-Reverte, que es uno de nuestros grandes narradores contemporáneos. En mí, la literatura de terror, de ciencia-ficción, los westerns (Valdemar está haciendo una línea del oeste, Colección Frontera), va a tener siempre un gran defensor. Un gran consumidor. Porque, ¿qué es una cosa y otra? Mira a Baroja, mira a Galdós.

-Sin embargo, no está de acuerdo con la concesión del Nobel a Bob Dylan. -Un autor a quien admiro muchísimo, pero que hagan un Nobel de la Música y se lo den. Rechazarlo, como hizo Sartre, le habría honrado, y no hubiera sido tan extraño. De todas formas, pienso que ha sido una especie de boutade populista de la Academia sueca, cuando lo bueno de estos premios es que se lo den a gente que no conocemos. Fíjate en la bielorrusa esta, que era buenísima.

-Me alegra ver que el niño que se deslumbra sigue vivo en Cuaderno de vacaciones. -Ese niño no va a desaparecer jamás, yo voy a ser pueril siempre. Y creo que debemos serlo siempre, bendito complejo de Peter Pan, si es que existe. Hemos de luchar por conservar al niño que tenemos: él es quien nos alumbra siempre.

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