lFrancia sigue conmocionada por la matanza y a su vez temerosa de que los hechos puedan repetirse porque el terrorista de la moto, sigue libre. Ayer las escenas de dolor fueron constantes. En la imagen centenares de personas siguen a un coche fúnebre en el exterior del colegio judío Ozar Hatorah de Jolimont de Toulouse (sur de Francia). Fueron tres niños y un adulto, todos ellos con ciudadanía francesa e israelí, los que caían el lunes abatidos a sangre fría a las puertas del centro escolar. Los fallecidos serán enterrados hoy en Jerusalén, en cumplimiento del deseo que transmitieron en vida a sus familias. Se baraja que el asesino usara dos armas de fuego, una de las cuales llevaba munición del mismo calibre que la utilizada para matar a un militar el pasado 11 de marzo en Toulouse, y a otros dos en la vecina ciudad de Montauban.