El Rocío

Más de diez horas con Ella

  • La Virgen del Rocío se recogió en la ermita a las 13:30 con lo que concluía oficialmente la Romería de 2010 · En una hora Huelva y Emigrantes recibieron la visita de la Reina de las Marismas

Cuando la Virgen del Rocío recorre la aldea, la emoción casi se puede cortar con un cuchillo de lo densa que es. Nadie puede sentirse indiferente y miles de corazones anhelan verse lo más cerca posible de la Reina de las Marismas. Los almonteños anduvieron con su Patrona durante cerca de once horas, quedando definitivamente ubicada en el altar de la ermita, a las 13:30. Así, la procesión duró algo más que la del año anterior pese a que coincidió la hora del salto.

Una mañana fresca acompañaba a los romeros que no perdían detalle del paso de la Virgen por el Real, lugar neurálgico al que llegó pasadas las 06:00. Atrás quedaba su paso por Moguer donde la Virgen se deleitó y los romeros onubenses anhelaban el momento en que el paso llegara ante el Simpecado de Huelva. Ese momento tardaría algo más que en años anteriores y cuando la Blanca Paloma arribaba ante la casa de hermandad, el sol ya la iluminaba por completo.

En esa contradicción de desorden ordenado con el que la Blanca Paloma pasea por su aldea, el paso hizo un primer conato de alcanzar Huelva pasadas las 8:30 aunque desde antes, la campana de la casa de hermandad no dejaba de repicar llamándole su atención. Sin embargo habría que esperar un poco porque antes la Virgen tuvo a bien visitar otros Simpecados instalados en el Real.

A las 8:45 la Virgen del Rocío se ponía frente al Simpecado de Huelva ante la emoción que surgía a borbotones y que se expresaba además, en una magnífica petalada. El sacerdote José Antonio Sosa dirigía por vez primera la Salve, acompañado por José Manuel Barral. Fueron escasos minutos que dejaron exhaustos de emoción a los rocieros de Huelva.

Tras cruzar a buen paso la calle La Romería, a la Virgen del Rocío le quedaba por provocar en el Eucaliptal las mismas dosis de emoción y devoción. La plaza de Doñana es el otro punto crucial de la procesión. Los almonteños se encuentran ante un auténtico bosque de Simpecados. Todos ellos comparten la misma ilusión porque la Reina de las Marismas les preste su atención y los almonteños son conscientes de ello, pues una de las cosas que tienen muy claro es que todas las filiales son dignas del máximo de los respetos.

En el Eucaliptal se encontraba una amplia representación de hermandades onubenses. Entre ellas, los rocieros de la Hermandad de Emigrantes fueron de los primeros en recibir la visita de la Virgen, antes de las 10:00. Los emocionados romeros onubenses siguieron la Salve que dirigía José Manuel Barral, mientras que el Simpecado de la concha peregrina lucía con todo su esplendor.

A estas alturas de la mañana, el cielo estaba encapotado. No parecía que la lluvia fuera a suponer un peligro y lo que sí provocaron los cielos grises fue que el calor no se cebara con los romeros. No lejos de Emigrantes se podía ver la figura del sacerdote Antonio Bueno, que tantos años fuera párroco de la Concepción. Visiblemente emocionado dirigió a los rocieros de Bonares en un año tan importante para esta hermandad, ya que cumple los 75 años del camino hasta la aldea. José Manuel Barral fue también el encargado de acompañar a los romeros de Escacena del Campo.

El Eucaliptal era un constante fluir de rocieros onubenses. Mientras Escacena esperaba la llegada del paso, acudían a la plaza de Doñana los rocieros de Ayamonte y Cartaya, mientras que los de Trigueros introducían casi al unísono su Simpecado en la casa de hermandad, pletóricos de alegría por haber recibido la visita de la imagen.

Pasadas las 12:30, la Virgen se situó delante de la Matriz donde se detuvo un buen tiempo con sus hijos los almonteños que le dedicaron sevillanas y rezos ante miles de personas que no querían renunciar a ver lo que ya se vislumbraba como los últimos momentos de la romería. De hecho, a las 13.10, los almonteños procedían a introducir a su Patrona en la ermita bajo un enorme repique de campanas y 20 minutos después, la imagen descansaba en el altar con lo que oficialmente, la Romería de Pentecostés de 2010 concluía.

Pese a ello, Huelva celebró por la tarde misa a las 21:00 a la que siguió la cena de carros. En el caso de Emigrantes, la misa de despedida tuvo lugar a las 19:00.

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