división de honor de juveniles

El juvenil del Recre obra el milagro y logra la salvación

Los integrantes del DH del Recreativo y sus familiares festejan la salvación.

Los integrantes del DH del Recreativo y sus familiares festejan la salvación. / @recrecantera

Lo consiguió. El Recreativo no dependía de sí mismo en la última jornada, pero tenía que cumplir con su parte del guión. Lo hizo venciendo al Atlético Sanluqueño en un encuentro en el que los sentidos estaban a medio camino entre la Ciudad Deportiva del Decano y el Antonio Puerta, donde jugaban el Nervión y el Tomares.

El partido terminó de virar la mirada a tierras sevillanas cuando Iván Arenas hizo el 1-0 a los nueve minutos de encuentro. Pudo sentenciar el Recre en una clara ocasión que compartieron Cascajo y Jesús Ruiz, pero el primero de ellos quiso resolver cuando tenía a su compañero en boca de gol y siguió dejando el marcador abierto. Así se llegó al descanso. El Nervión ya se había puesto por detrás en el marcador y había igualado antes de marcharse a vestuarios (1-1).

En la segunda mitad el encuentro en Huelva siguió por los mismos derroteros, con poco fútbol y ocasiones entre un equipo que tenía su vida en otras manos y otro que ya la había perdido. Ponce pudo hacer el 2-0 en un mano a mano, pero su vaselina se quedó corta. El murmullo en el graderío transmitió que algo había pasado en Sevilla y lo que ocurrió es que el Tomares se puso de nuevo por delante. El Recre vivió pendiente de las noticias que llegaban de Sevilla. El Nervión apretaba y el Tomares pudo matar a la contra, teniendo un par de ocasiones clamorosas y algún poste. Por el camino Ponce vio su segunda amarilla y obligaba al Recreativo a sufrir hasta el último momento. El final en Sevilla coincidió con la última intentona gaditana, pero no habría más goles.

El Recreativo salva la categoría en un año complicado, lleno de contratiempos y con multitud de dificultades y en el que ha firmado un final de campaña que le permite seguir entre los mejores equipos juveniles de España, cuando lo habían matado y enterrado, cuando nadie apostaba por él; los chicos entrenados por Juan Alfaro lograron renacer de sus cenizas para alcanzar un objetivo que es el premio a un año de trabajo silencioso y muy profesional.

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