El Recre no fue nada clemente con el equipo de Clemente, al que dejó con media en las agujas, valga el símil taurino. Y de paso, el 4-2 le sirve al Decano como bálsamo milagroso tras la cornada de siete trayectorias sufrida seis días antes en las islas más desafortunadas para el Recre.

El partido era un ¡sálvese quien pueda! Ambos llegaban con el agua al cuello -más el Murcia- y con la necesidad imperiosa de sumar los tres puntos. Uno no era suficiente para ninguno. Hubo respeto, miedo a perder si se quiere, por lo que eso conllevaría. Para el Recre hubiera sido otra andanada en su ya maltrecha línea de flotación anímica, además de un importante paso atrás en su pelea por la permanencia; para el Murcia -como ocurrió-, el certificado de defunción de un equipo que se descompone partido a partido, y que evidenció claramente en el Nuevo Colombino que su mal no estaba en el banquillo.

Ganó el Recre. Le iba la vida. Venía muy tocado de su periplo viajero por Palma de Mallorca. La victoria, trabajada, sufrida y merecida supone un pasito más en la carrera que mantiene consigo mismo y con otros rivales en la búsqueda del dorado de la salvación. No le sirve, de momento, para evitar que su nombre aparezca en rojo en el teletexto -está en puesto de descenso-, pero al menos avanza posiciones y se iguala con otros tres equipos má en la dura y cruenta pelea por salvar el pellejo. Quedará mucho por delante. Muchos quebraderos de cabeza para el Recre… y para todos.

Lo importante fue, al menos, que el Recre resurgió de sus cenizas baleares a base de goles. Cuatro. En esos tantos quedó patente que Sinama Pongolle vuelve por sus fueros, que Marco Ruben es mejor de lo que había demostrado, y hasta que Marquitos es capaz de inventarse un gol tan estratosférico como no se sabe si voluntario. Da igual, lo que vale es el gol, que vino a ahorrar un sufrimiento innecesario a todos.

Bien el Recre que reaccionó a tiempo; bien por no venirse abajo ante la adversidad de verse por detrás en la primera llegada del rival; y bien en algunos lances en el segundo tiempo, cuando se fue con intención y claridad arriba aprovechando a las mil maravillas los resquicios que la torrija murciana permitía.

Pero también hubo aspectos qeu hay que corregir. Como ciertas desatenciones atrás que costaron los dos goles en contra.

Todo ello metido en la coctelera de los merecimientos dan un resultado favorable al Recre, que levanta el vuelo y no permite que los demás le descuelguen en una zona en la que, conforme pasan los partidos, los errores se pagan más caros y cuestan más trabajo recuperar el terreno. Exactamente lo que le pasa al Murcia de Clemente después de darse de bruces con un Recre nada clemente.

No tiene nada de suerte Ersen Martin. El sábado se lesionó en el calentamiento cuando estaba cerca de salir al terreno de juego. El sóleo le lleva por la calle de la amargura. Y al propio Recre que, por una causa u otra, ve como no puede contar con el que, en principio, era su jugador franquicia.