Una contrarreloj por equipos nocturna por las calles de Sevilla de inicio, el regreso a los Lagos de Covadonga y dos finales en alto con sendos puertos que debutan en la Vuelta, Cotobello y la Bola del Mundo, son las novedades de la ronda española de 2010 que ayer fue presentada en la capital andaluza. Otra de las novedades de la carrera, el nuevo jersey rojo de líder, aún no tuvo su bautismo público, si bien la jornada ya contó con otros puntos de interés con la presencia, entre otros, de Alberto Contador, Samuel Sánchez y Alejandro Valverde, último ganador de la prueba que declaró estar "harto" de sus procedimientos judiciales con el CONI.

Por suerte para el murciano, nada de poder tiene el Comité Olímpico Italiano - el 12 de enero se verán las caras en el TAS por el recurso del corredor por su sanción de dos años de suspensión para competir en suelo transalpino- en territorio español, y el del Caisse d'Epargne no tendrá problemas para defender el triunfo conseguido este año en el 75 aniversario de la prueba.

A Valverde le gusta el recorrido, a pesar de los seis finales en alto que presenta la Vuelta y, como Contador y Samuel Sánchez, cree se decidirá picando hacia arriba.

El podio podría aclararse en cuatro días claves: los tres finales consecutivos en alto y la contrarreloj individual que viene después. Serán las etapas decimocuarta (Burgos-Peña Cabarga), decimoquinta (Solares-Lagos de Covadonga), decimosexta (Gijón-Cotobello) y, tras la segunda jornada de descanso, decimoséptima (Peñafiel-Peñafiel). "La Vuelta tendría que salir de Peñafiel bastante decidida. Cotobello (Asturias) es un puerto que conozco como el baño de mi casa y que me viene muy bien, así que intentaré exprimir ahí mis opciones", indicó Samuel Sánchez, jefe de filas del Euskaltel, quien destacó "lo importante que es innovar en estos tiempos", a propósito de la crono nocturna en Sevilla que abrirá la carrera: "Espero que sea por avenidas grandes, porque nueve miuras a 60 kilómetros por hora no pueden ir por cualquier sitio", apuntó.

Sobre este asunto también habló Valverde, quien destacó "la ventaja que tendrán los que salgan los primeros, ya que harán el recorrido con luz natural". Éste es un aspecto que preocupa especialmente a los ciclistas, pues un 28 de agosto, a las 21:00, aún es de día y los últimos que salgan (pasadas las (22:30), lo harán ya de noche.

Pero el paseo por las calles hispalenses no será el único atractivo. Quizá, lo mejor está al final: la subida inédita a la Bola del Mundo en la penúltima etapa, un puerto de categoría especial con paredes del 23% (uno de los sueños, junto con la subida al Teide, del fallecido director de la Vuelta, Enrique Franco), cuyos tres últimos kilómetros no están asfaltados. "El ganador se decidirá ahí", señaló Contador. Una traca gorda para culminar una carrera en la que los escaladores tendrán más opciones que nadie.