Cartagena-Recreativo

Licencia para soñar (1-3)

  • Con un escaso margen de error, pero con opciones reales, el Decano se sitúa a seis puntos de la promoción · A falta de la confirmación matemática, la salvación ya está en el bolsillo recreativista

Sin hacer ruido, sin avisar, pero con fuerza. El Decano llama a la puerta de una guerra que hasta hace bien poco no era suya. A falta de nueve jornadas para el final del campeonato está a seis puntos de la promoción de ascenso y superar en los duelos particulares a varios de sus oponentes. La quimera se ha convertido en una posibilidad. En Cartagena se ganó el derecho a soñar. Ahora depende de él, de su capacidad para sostener en el tiempo el rendimiento de las últimas semanas. Con choques como el de ayer dará mucha guerra aún. 

Para frotarse los ojos. El Decano realizó ante el Cartagena unos primeros veinte minutos de partidos esplendorosos. Un derroche de lo que significa el fútbol en esta categoría tan carente de él. Eficacia máxima, defensa agresiva y centro del campo práctico donde los haya. Con el equipo de gala salvo Aarón por lesión, Ríos dispuso en el Cartagonova de sus mejores hombres y estos ofrecieron el rendimiento que de ellos cabría esperar. Sólo cometieron un error. En este caso no fue no cerrar el partido, sino abrirlo cuando ya lo estaba. Supieron solucionarlo. 

La visita a Cartagena era clave. No tanto por la permanencia, que es cuestión de tiempo a tenor del estado de forma albiazul y el devenir de la clasificación, como por las opciones mínimas pero reales que aún tenía el cuadro onubense de meterse en una pelea mucho más ambiciosa. Para ello debía subirse al último tren, el que pasaba por tierras murcianas y lo hizo en primera clase, dando una lección. 

El golpe en la mesa fue de los que hacen daño y ruido. Dos cabezazos de Asen (11') y Jesús Vázquez (18') bastaron para dejarle claro al Cartagena que no era el día de sumar puntos. Los albinegros parecieron entender el mensaje, pues deambularon por el campo en manos de los albiazules. Dominadores hasta un punto casi insultante del duelo, sólo el gol de Cala al borde del descanso creó algo de incertidumbre en una formación recreativista que transmite seguridad y confianza. 

Este Recre está de lejos en el mejor momento de la temporada. Ha igualado su racha de nueve partidos seguidos sin perder, lo que da fe de su regularidad, pero es que además ha sido capaz de incrementar su ritmo de puntuación hasta el nivel de los grandes del campeonato. Compite con cualquiera y gana fuera lo que se le escapa en casa. 

Tras recortar distancias al límite del ecuador, Juan Ignacio Martínez movió fichas retirando al onubense José Carlos. Buscó más mordiente con Lafuente y ordenó el zafarrancho de combate. Se le olvidó que para atacar hace falta pólvora y de esa ayer el único que llevaba era su oponente. 

Para aplacar cualquier esperanza albinegra, Ríos tiró de pizarra. Demostró así que también se trabaja. Rafita botó una falta al segundo palo. Bombeada y flojita en principio. Lo que parecía un mal centro se convirtió en realidad en una cesión atrás de Lamas a Juan Villar que empaló al fondo de la portería de Casilla (55'). 

El Decano vivió los 40 minutos más plácidos del campeonato. A la superioridad total y absoluta del partido se le unió el amplio margen del marcador. Pudo ampliar holgadamente la cuenta con contragolpes individuales que fracasaron por la unión del egoísmo de quien busca su poquito de brillo personal en tardes como esta y las intervenciones de Casilla. 

Los cartageneros hicieron lo imposible y más para limitarse a demostrar que este Recre está ahora mismo al nivel de los mejores. Algo tarde, aunque quién sabe si a tiempo para dar sustos y alegrías a partes iguales. Sólo debe ser capaz de asentar en casa lo que fuera es una realidad, su derecho legítimo a soñar después de dejar atrás la pesadilla.

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