Ya sea por lo rápido que se han acostumbrado los aficionados onubenses a tener estrellas futbolísticas por su tierra, por el mal tiempo, por el descontento de sus incondicionales o por las fuertes medidas de seguridad que rodearon la llegada azulgrana al Parador de Mazagón, lo cierto es que el conjunto de Frank Rijkaard llegó ayer a Huelva con menos apoyo que nunca. Algo menos de medio centenar de sufridos seguidores del Barcelona se dieron cita en los aledaños del recinto hotelero, tomado por un fuerte dispositivo de seguridad.

Apenas sí pudieron ver pasar de forma fugaz a sus ídolos desde el autobús y a bastante distancia, ya que no les permitió estar lo cerca que deseaban.

Teniendo en cuenta que ayer aún quedaban entradas a la venta después de dos semanas, la realidad es que este Barcelona engancha menos que el de otras temporadas. Será eso o será que está perdiendo tirón entre los onubenses.