Ni siquiera Ayza Gámez con todo el empeño del mundo pudo evitar que el Recre esté mañana en el bombo de los octavos de final de nuevo. El Decano volvió a hacer historia, aunque para ello tuvo que sobreponerse a una serie de condicionantes opuestos que tuvo en el colegiado valenciano su principal germen. Cualquier plan previsto tanto por uno como por otro conjunto se fue al traste bien pronto. A diferencia de lo que suele ser habitual en estos casos no fue por un gol tempranero o una acción brillante de un contendiente. El partido lo rompió su principal protagonista: Ayza Gámez. El colegiado brindó una actuación bochornosa.

Lo que parecía un intento xerecista por buscar la meta de Barbosa y luchar por la victoria se esfumó tan pronto como el árbitro del encuentro se llevó la mano al bolsillo. Destrozó lo que pudo ser un bonito partido. Ni siquiera fue una acción de peligro, a más de 30 metros del área recreativista y ni mucho menos violenta, pero él vio lo que nadie. Suficiente para que el recuperado Beto se fuera al vestuario sin motivos.

Con diez sobre el campo y tocado por la inexplicable expulsión del defensor albiazul, al Recre le costó reponerse. Tardó muchos minutos. Víctor quiso arreglar el desaguisado con lo que tenía sobre el césped. Retrasó a Barber, colocó a Carlos Martins solo en el centro y dio a Javi Guerrero la posición de enganche. Congo quedó como único delantero y fue el más activo en plena depresión.

El Xerez no quiso dejar escapar la oportunidad. Se encomendó a un viejo conocido de la casa. Antoñito demostró que a pinceladas sigue guardando la clase que permitió un ascenso al Recreativo. Se aprovechó para ello de un desafortunado Quique Álvarez, a quien los ex albiazules no le sientan nada bien. El sevillano recibió el balón tras un control con la mano clamoroso de Moreno. El asistente tampoco lo vio. Otra más, además de la colección de cartulinas. El resto ya lo hizo el delantero revolviéndose con maestría para batir a Barbosa (27').

La eliminatoria quedaba igualada en el marcador, pero desequilibrada en el campo. Con un hombre menos y más de una hora por delante, el panorama xerecista era diáfano. Hasta que llegó Carlos Martins al rescate.

El portugués pidió la pelota en el centro del campo. Encontró los espacios y dio algo de mordiente a un Recreativo que seguía tocado. El Decano fue recobrando el pulso del partido lentamente, pero sin pausa.

Sólo siete minutos después del gol visitante, una internada de Marquitos acabó en derribo en el área. Ayza Gámez ésta vez no se equivocó y decretó penalti. No estaba la noche para dejar escapar la oportunidad y Carlos Martins lo materializó de forma magistral.

Parecía que las cosas comenzaban a estar de nuevo en su sitio, o al menos en un lugar más cercano a la lógica. Con la igualada en el marcador en el choque no varió demasiado. Siguió carente de ritmo y de profundidad. Quedaba la esperanza de alguna acción individual que rompiese el tedio instalado en el estadio.

Antoñito estuvo a punto de liarla de nuevo. El protagonista no deseado de la jugada fue de nuevo Quique Álvarez, quien sufrió otro reverso del sevillano que cruzó en exceso. La réplica la dio Varela a tres minutos para el descanso con un jugadón impresionante que culminó con un pase a Carlos Martins, cuyo disparo detuvo Chema.

Pensando en la Liga, los dos técnicos reservaron a hombres importantes. Como si sus futbolistas también dieran por bueno el resultado, ofrecieron una segunda mitad soporífera en la que sólo destacó un mano a mano de Congo con Chema que salvó el portero en el minuto 88 y la respuesta de Yordi segundos después que Iago salvó bajo palos. Poco bagaje para esperar algo más que el pitido final, lo mejor de la segunda mitad.