Con Cuchillo y Tenedor

Cádiz podría perder uno de los pescados más característicos de su gastronomía: la caballa

Un plato de caballa con piriñaca

Un plato de caballa con piriñaca / M. G

Cádiz es una ciudad de tradición pesquera y aquí la materia prima es de gran calidad y muy variada aunque uno de los pescados que más se consumen en la capital gaditana es la caballa. Este pez es el protagonista de platos como caballas con piriñaca o babetas con caballa, dos grandes señas que de uno está disfrutando de la gastronomía local más típica. No obstante, hay un estudio que estima la posibilidad de que este producto tan arraigado a la ciudad de Cádiz pueda desaparecer. 

Según la revista Consumer, el cambio climático está afectando tanto a los mares y a los océanos provocando en ellos cambios que pueden ser permanentes si no se revierten con el tiempo suficiente. El aumento de la temperatura, el deshielo y la acidez de las agua puede provocar que muchas de las especies que se conocen y se consumen en la actualidad desaparezcan y que otras se trasladen a aguas más frías. Una de las especies más afectadas por este tipo de cambios son las sardinas o las caballas. 

Uno de los principales efectos de este cambio climático es que las aguas que bañan las costas comiencen a perder nutrientes esenciales para el alimentos de las especies que lo habitan. Algunas especies de moluscos como el mejillón, la almeja o el percebe, corren un grave riesgo, al disponer de menos alimentos y sufrir los cambios en la intensidad y la frecuencia del oleaje. Otra de las consecuencias es el desplazamiento de numerosas especies de peces. Algunos migran hacia aguas más frías del norte, otros buscan nuevas áreas geográficas y todos viven a mayor profundidad. 

Otro estudio del centro de investigación AZTI revela que, por cada grado de calentamiento del mar, el verdel o caballa traslada su desove 370 kilómetros hacia el norte, mientras que el chicharro adelanta su puesta reproductiva unos 12 días. Esto ya se traduce en ejemplares de menor tamaño, lo cual puede tener cierto impacto en los precios de venta. Y los modelos predictivos indican que las capturas en la zona disminuirán, ya que habrá menos pescado. Todas estas alteraciones afectarán a la actividad de las flotas pesqueras. 

Algunas de las zonas más afectadas por el cambio climático y que verán con el tiempo que los efectos serán mayores son la áreas de España y Portugal, el mar de Japón y la plataforma comprendida entre el mar Céltico (costa sur de la isla de Irlanda) y el golfo de Vizcaya. Además, el hecho de que los océanos absorban más cantidad de dióxido de carbono provoca una acidificación del agua, con efectos nocivos sobre peces y mariscos, que pueden tener dificultades para desarrollar conchas y caparazones. Esta circunstancia complica la supervivencia de numerosas especies.

Algunas de las especies que están sobreexplotadas actualmente y en peligro de extinción son: el bacalao, el atún, el rape, la merluza, el lenguado, la platija, el salmón, los langostinos, las rayas, las mantas, las gallinetas, el pez espada y el fletán.

Por el momento la pesca de la caballa o la sardina está garantizada pero con el paso del tiempo pueden tener complicaciones los pescadores a la hora de encontrar estos peces en las zonas actuales debido al cambio climático. Ahora mismo es imposible pensar que Cádiz se quedase sin esa caballa con piriñaca o que Málaga tenga que renunciar a sus famosísimos y ricos espetos de sardinas. 

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