Orlando, mi biografía política | Crítica

Hacia un cine 'otre'

Una imagen del ensayo documental de Paul B. Preciado.

Una imagen del ensayo documental de Paul B. Preciado.

Doblemente político en su reivindicación de una identidad transexual y en el carácter ensayístico, epistolar, abismado y mutante de sus formas, este filme del filósofo, activista y escritor español afincado en París Paul B. Preciado viene a sentar las bases para un cine otro, u otre, en la reivindicación de lo no binario, también de su neoléxico, como territorio identitario liberado de etiquetas, corsés y prisiones conceptuales y en el abrazo y la adaptación del Orlando de Virginia Woolf, publicado en 1928, como texto del que extraer los materiales e ideas para una libre reinterpretación crítica de su mito fundacional.

Preciado asume la primera persona en el auto-relato de un largo proceso en construcción. La adaptación de pasajes y escenas de la novela de Woolf nos presenta a sus intérpretes en el desdoblamiento entre actor y personaje, pero también en el ejercicio escogido de que esos mismos actores de distintas edades, procedencias y generaciones proyecten su propia autobiografía oral, una autobiografía trans, como parte indisoluble de ese gran relato colectivo destinado a tumbar paredes, abrir puertas y ventanas, curar y cicatrizar heridas y entregar un testigo generacional creativo. 

Las enseñanzas de Marker o Godard, cuya muerte se nos anuncia con emoción en un pasaje del filme, sobrevuelan este filme que hace de lo personal algo colectivo y, por supuesto, político, un viaje que entra y sale de la ficción, la representación y sus espejos, también del sueño y la poesía como ámbitos de tránsito, para contar y aclarar, con cierta voluntad pedagógica e histórica, todo ese largo proceso de lucha y aceptación por y de lo trans contra los estigmas sociales, culturales, psiquiátricos, farmacológicos o burocráticos.