20.000 especies de abejas | Crítica

Alrededor de la colmena

La niña Sofía Otero, premiada en Berlín, en una imagen del filme.

La niña Sofía Otero, premiada en Berlín, en una imagen del filme.

El influjo de Erice y El espíritu de la colmena se deja sentir también (pienso en Verano del 93) en este otro largo de debut de una cineasta española lanzado desde la Berlinale y que llega con premio de interpretación para su joven protagonista Sofía Otero. Un influjo que se hace incluso explícito en esas colmenas situadas en el terreno familiar donde nuestro protagonista, un niño en pleno proceso de reconocimiento y exploración de una nueva identidad, que vive su tránsito en compañía y complicidad de su tía mientras pasa unos días de vacaciones con su madre y sus hermanos en el pueblo.  

Estíbaliz Urresola Solaguren articula con precisión (y tal vez con cierto cálculo) un tejido narrativo capaz de entreverar esa revelación con las cuitas de una madre (Patricia López Arnaiz) en plena crisis matrimonial, creativa y profesional que ha de lidiar a su vez con su propia madre y la sombra de un padre también artista.

20.000 especies de abejas aparta o aleja a los hombres de su ecuación para desplegar su diálogo intergeneracional entre mujeres, en cierta forma prototipos del matriarcado vasco, y seguir a cada uno de sus personajes e historias particulares en un relato en paralelo del que Aitor/Lucía se revela de largo el más fluido y libre de las ataduras dramáticas que se hacen evidentes en el de la madre, la tía (emancipada) o la abuela como trasunto de ese conservadurismo de raíz católica que delimita un orden que está por quebrarse.

El filme funciona así mejor en lo sugerido, en lo no dicho o mostrado, en la naturaleza como refugio o ámbito de liberación, en esas miradas y momentos de Aitor/Lucía, que en ese entramado familiar construido como cámara de eco de relaciones previas, tensiones, legados, reproches o secretos. A la postre, 20.000 especies de abejas conquista su emoción en los pequeños detalles, en la empatía, la distancia, los silencios y el tacto entre una madre y su hijo en un momento catártico para todos los personajes que lo acompañan o rodean en el proceso.