Es la última delicatessen de las bodegas del Condado. El retoño más mozo de la Cooperativa Vitivinícola del Condado que es, a su vez, el primer vino de limón del mundo. Un caldo disruptivo llamado a abrir mercado y ser un icono de modernidad, de lo que la nueva viticultura es capaz de lograr conservando los mejores estándares de calidad que exige la tradición, si bien aportando sabores que conquisten nuevos paladares.

Bajo la marca Misterio Experience se comercializa este producto que ha contado con una primera tirada de 3.000 botellas que han causado furor entre un público muy diverso. Sin duda, será un acicate para una segunda remesa de 5.000 botellas. Amparada por este éxito, la bodega ha hecho también su puesta de largo internacional en Rusia, con motivo de la Vinorus Vinotech celebrada en el mes de abril en Krasnodar.

Eladio Mateo, enólogo de la entidad social explica que también tienen en el punto de mira a China, un mercado con 1,3 miles de millones de clientes potenciales. "Si quieres lanzar grandes volúmenes es necesario apostar por la exportación". A pesar de la feroz competencia que existe por un pastel tan jugoso como el del país asiático, la bodega pretende dar batalla y medirse con las primeras marcas de todo el mundo.

El enólogo explicó que Misterio Experience se elabora con un 75% de uva zalema, a la que se le mezcla un 25% de moscatel de Alejandría. La primera variedad, autóctona del Condado y única en el mundo, le aporta estructura y cuerpo; mientras, la segunda, le imprime sus aromas con notas florales de azahar y cítricos, que tan buenas migas realizan con el limón.

El proceso de elaboración no tiene grandes secretos, pues guarda la sabiduría que otorgan los años y el conocimiento de las variedades que en la comarca se alumbran. Al igual que su hermano mayor, el vino Naranja, lo primero es proceder a la deshidratación de las cáscaras del limón mediante un método natural como la puesta al sol durante un periodo cercano a las 48 horas. La clave del proceso estriba en que la cáscara se seque de manera paulatina, uniforme y completa. Para ello el enólogo se afana por evitar las horas centrales del día. Posteriormente esta cáscara es macerada en alcohol vínico para extraerle toda la sustancia. Este 'zumo' se alcoholiza hasta que se obtienen los quince grados, a la par que se le mantiene en barrica de roble entre tres y cuatro meses en los que toma cuerpo el caldo. El resultado es un vino espectacularmente aromático que en boca logra dos sensaciones antagónicas: la acidez característica de este cítrico; y el aterciopelado dulzor de la vid.

En la estrategia comercial de la bodega no se encontraba ampliar la carta de vino. Su génesis tiene su razón de ser en "regalar a los trabajadores que se jubilaban de la sociedad cooperativa un vino experimental" que nunca antes se había elaborado. El nombre con la coletilla Experience es el particular homenaje a esos hombres que tanto dieron a la bodega.

En el laboratorio de ideas el enólogo bollullero trató de desentrañar la fórmula mediante la vieja receta del ensayo-error, con el que fue logrando una aproximación muy fidedigna de los aromas y sabores que buscaba hallar. Ni que decir tiene que ése es el mayor reto al que se enfrenta un profesional del gremio, puesto que en ocasiones se persiguen imposibles o resultados pobres que no pueden lanzarse al mercado pues el resultado no se ajusta a lo esperado.

Sin embargo, la propuesta vinícola logró el aplauso unánime de la plantilla. Fue a raíz de ello cuándo se pensó que podría haber demanda para un producto así, capaz de seducir a los paladares más exigentes y de más solera, así como a un público ávido de nuevas propuestas.

Este retoño ya ha sido bendecido por la estrella Michelin de Huelva, Xanty Elías, que recomendó su consumo en frío, como si se tratara de un vino blanco, y maridarlo, bien con aperitivos potentes como quesos fuertes o patés; postres no muy dulces, o incluso consumirlo al final de las comidas, como digestivo, pues sus artífices aseguran que su gusto recuerda al limoncello italiano.

Las bodegas han asimilado la necesidad de apostar fuertemente por la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) como la distancia más corta para llegar a nuevos consumidores. En Rociana la Cooperativa Vitivinícola Nuestra Señora del Socorro ya puso en práctica este mandamiento con enorme éxito. Fruto de esta estrategia nació el Don Frede Rosado, el primero en la provincia que se elaboraba con variedades como la tempranillo o syrah, producidas en el entorno del Parque Natural de Doñana.

La sociedad, que gestiona 650 hectáreas de viñedo y recoge siete millones de kilos de vid, también sacó este año un semidulce de baja graduación alcohólica que ha tenido un enorme éxito.

Por el contrario, la cooperativa bollullera es la primera en producción. Su medio millar de socios explotan 800 hectáreas de viñedos que producen diez millones de litros y una facturación cercana a los seis millones de euros. En su última campaña logró exportar cerca del 50% de la producción a mercados europeos, entre ellos Alemania, Bélgica e Italia; mientras que fuera de nuestro continente llegan a China, Asia o Nigeria.