No son naturales las prisas con las que el Ministerio de Medio Ambiente ha valorado positivamente el proyecto constructivo de la empresa Fertiberia para la recuperación ambiental del territorio de la marisma del río Tinto, invadido por las balsas de fosfoyeso. Porque los informes técnicos previos del Instituto Geológico y Minero (IGME) y de la Empresa de Gestión de Residuos Industriales (Emgrisa), han señalado algunas advertencias necesarias y han reclamado nuevas mejoras de importancia para la ejecución de la obra.

Por eso, es injustificable que se esté dando una sospechosa luz verde a la continuidad de la tramitación de un proyecto, impuesto a escasos metros de la ciudad, que tiene el rechazo de todos los grupos políticos del ámbito municipal PSOE, PP, IU, Ciudadanos, Podemos y Mesa de la Ría, de las administraciones autonómica y local, de los empresarios, de los sindicatos, de las asociaciones de vecinos, de la Autoridad Portuaria, de los colectivos ciudadanos y, en general, de toda la sociedad onubense. Pero es todavía más insólito comprobar que esa resolución del ministerio, de tanta importancia para Huelva y su entorno, se produce cuando el Gobierno Central se encuentra "en funciones" y con una mayoritaria certeza de una cercana conclusión de sus responsabilidades, proponiendo antes de morir, la entrega de una desdichada herencia para Huelva, no deseada por los onubenses.

Parece ahora más necesario que nunca, que el comité de expertos, nombrado por el órgano de participación ciudadana denominado Mesa de los Fosfoyesos, empiece a trabajar para analizar ese proyecto y los anexos presentados por Fertiberia, para detallar técnicamente todos sus errores conceptuales y para describir y desarrollar la mejor solución que consiga la restauración definitiva del sector.

Por eso, esperamos que se aclare y se acepte con urgencia la subvención solicitada para el trabajo de los especialistas del comité, que el Ayuntamiento pleno persista con el unificado criterio coherente demostrado de conseguir la mejor solución para la recuperación de nuestra marisma, continuando en la línea de defensa de su territorio y en la del sentir de la ciudadanía, y que se haga realidad que dentro de unos días, cuando la ministra de Medio Ambiente deje su puesto en la Administración Central, no tenga preparada la vuelta a un nuevo puesto directivo de la empresa Fertiberia.