Huelva

La centenaria hermandad de Moguer camina hacia la aldea

  • Rociana, Niebla, Villarrasa y Lucena se postran ante la Reina de las Marimas

La plaza de la Coronación fue escenario en la mañana de ayer de la tradicional misa de romeros con la que la centenaria Hermandad del Rocío de Moguer inicia su camino hacia la aldea almonteña. El párroco, Manuel Castilla, y el coadjutor, José Domingo Ramírez, oficiaron la eucaristía ante cientos de romeros agolpados junto al hermoso Simpecado de la filial moguereña, que lleva casi 400 años peregrinando de forma ininterrumpida ante la Reina de las Marismas.

Más de un millar de peregrinos y medio centenar de carros, charrets y tractores, componían la colorista comitiva rociera que recorrió las calles de la ciudad antes de iniciar su camino hacia El Rocío, junto a la directiva que preside Manuel Morales. En el recorrido del carretón por la localidad destacaron especialmente por su emoción las paradas ante la sede de la congregación de las Hermanas de la Cruz, que entregaron al Simpecado un precioso ramo de flores, así como en la puerta del colegio Pedro Alonso Niño y, sobre todo, en la plaza del Cabildo, donde los bueyes de la familia Cascarilla volvieron a arrodillarse, mientras el alcalde, Juan José Volante, colocaba también un ramo de flores a los pies del Simpecado entre los vivas y aplausos del público.

La comitiva rociera continuó por la localidad hasta enfilar el camino hacia la ermita de Montemayor, donde como cada año los peregrinos moguereños saludan a la Patrona, y rezan una Salve antes de adentrarse en las centenarias arenas del Camino de Moguer, que les conducirá hasta la misma aldea.

Al tiempo que el Condado ya se postra ante la Pastora. Noventa años dejando su huella sobre las arenas almonteñas y, a pesar de la veteranía, la ilusión primigenia por alcanzar a ver la Reina de las Marismas se mantiene impertérrita como señal de identidad indeleble. Así inició ayer Rociana su partida hacia la aldea almonteña arropada por cientos de peregrinos y fieles que acompañaron a un Simpecado que volvía a poner rumbo al Rocío para venerar a la Virgen del Rocío.

El alba fue quebrada por una estela de cohetes que anunciaban la misa de Romero. La parroquia San Bartolomé Apóstol acogió la multitudinaria y emotiva eucaristía celebrada por el párroco local, Antonio Cepeda, e interpretada por las voces del coro de la Hermandad de Benidorm, que este año realiza el camino conjuntamente con el municipio Condal.

Siguiendo el ritual inmemorial la Hermandad procedió a despedir a la patrona, la Virgen del Socorro, desde la Ermita homónima donde los romeros interpretaron la Salve. Tras ello el Simpecado coronó la carroza donde la camarista acoplaba las decenas de ramos que los fieles depositaban. Acto seguido la Asociación de Tamborileros Rociana 2019 inició la partida a la aldea que fue secundada por la marea de jinetes de la que siempre hace gala el municipio. Momentos antes de que la senda de arena emplazara al asfalto de la ciudad y los aromas de camino monopolizaran la jornada, cientos de ciudadanos despidieron desde las puertas de sus viviendas a la Hermandad.

Por su parte la mayor parte de las hermandades del Condado ya han rendido pleitesías a la Reina de las Marismas. Tanto Niebla, Villarrasa como Lucena del Puerto alcanzaron el jueves la aldea después de dos días de camino y tras haber vivido por primera vez las vivencias que encierran una noche repostando en las arenas y soñando Rocío. Concretamente Niebla y Lucena adelantaron este año su salida y, aunque el itinerario se mantuvo fiel al de ediciones pasadas, todo se desarrolló sin las premuras de tiempo de ediciones pasadas, de forma que los cerca de 40 kilómetros que separan sendos núcleos urbanos de la aldea almonteña se realizaron en dos jornadas.

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