El mercado inmobiliario empieza a ofrecer evidentes síntomas de recuperación también en el sector del alquiler, que respira tras tocar fondo. Al moderado repunte en la compraventa de viviendas, el crecimiento en los visados y construcción de nuevos proyectos, la absorción del stock de inmuebles, el aumento de la inversión extranjera y la congelación de los tipos del mercado hipotecario, entre otros indicios, se ha sumado también el alza del alquiler, especialmente el vacacional, correspondido por un ligero repunte del precio que hace barruntar un horizonte de buenas perspectivas.

En concreto, el precio medio de la vivienda en alquiler se incrementó en julio en la provincia un 1,3%, el doble de lo que lo hizo en Andalucía, hasta los 5,78 euros por metro cuadrado y mes, según revela el último informe del portal inmobiliario fotocasa. Un incremento que, unido al de los meses de mayo y junio, cuando los costes aumentaron hasta los 5,52 y 5,71 euros/m2, respectivamente, confirma la tendencia de recuperación en los precios después de que el pasado mes de febrero tocasen fondo con el mínimo histórico en la provincia (5,10 euros/m2).

La tibia recuperación, sin embargo, dista mucho de acercarse a los valores de hace casi una década, en pleno boom inmobiliario y etapa de efervescencia económica previa a la crisis, cuando la provincia lideró el precio de la vivienda en régimen de cesión en mayo de 2007 con 10,63 euros/m2, casi el doble del valor que alcanza hoy. Desde entonces, arrastrada por el desmoronamiento del mercado inmobiliario y los devastadores efectos de un período de recesión que comenzaba a hacer estragos, la evolución del importe de los alquileres inició un vertiginoso descenso del que, salvo repuntes mensuales puntuales, nunca se ha recuperado. No en vano, desde que marcó su techo histórico en mayo de 2007, los precios cayeron en picado hasta los 6,28 euros por m2 de noviembre de 2007 y, aunque se recuperaron progresivamente en los meses siguientes hasta dispararse hasta los 9,29 euros/m2 en junio de 2008, volvieron a reducirse a un ritmo inferior desde entonces. Atendiendo a su evolución intermensual, el coste de los arrendamientos experimentó en los últimos siete años una curva descendente a un ritmo constante que sólo se quebró en los meses de verano, en los que el tirón de los alquileres vacacionales en las zonas de costa amortiguó el descenso con ligeros ascensos.

De hecho, el precio de las rentas ha sufrido un ajuste continuo que ha ido reduciéndose sin remisión hasta estabilizarse entre 2013 y 2014, cuando se situó en una horquilla oscilante en torno a los seis euros por m2. El verano pasado, sin embargo, marcó el inicio de un desaceleración más acusada aún si cabe, sólo interrumpido por un ligero repunte en noviembre (5,48 euros), que desplomó los importes hasta marcar su mínimo histórico el pasado mes de febrero, con 5,1 euros por metro cuadrado. La sima del segundo mes del presente año marcó un punto de inflexión y, alentado por una coyuntura económica más favorable y un incremento del poder adquisitivo ciudadano, el precio del alquiler empezó a recuperarse en Huelva con reiterados ascensos, sólo quebrados en abril, que han permitido al sector salir de la depresión y volver a situarse en julio en niveles de hace un año tras encadenar un aumento del 9,6% en los últimos tres meses.

Desde que alcanzó su máximo histórico en mayo de 2007, fecha en la que alcanzó el techo de Andalucía con 10,63 euros, el precio del alquiler ha acumulado en la provincia onubense un descenso acumulado del 45,7%, el más elevado de la región por delante de Almería (-40,7%), pero ligeramente inferior al 50% que acumulaba en marzo, cuando la provincia onubense era la segunda de España que mayor descenso arrastraba desde su precio máximo histórico sólo por detrás de Castellón (-50,2%).

Asimismo, Huelva lideró el aumento del coste de los arrendamientos en Andalucía en el último trimestre con un incremento del 9,6%, más del doble que la siguiente provincia, Cádiz (4,7 euros/m2), si bien fue la única junto a Almería (-0,1%), que ha experimentado un decremento en el último año con una contracción interanual del -1,1%. Asimismo, los 5,78 euros por metro cuadrado al mes de julio representan un 18,6% menos que la media nacional, que se situó en el séptimo mes del año en 7,10 euros tras crecer un 0,5% mientras que en el último año aumentó un 4,8%.

Si la evolución en la provincia onubense ha estado caracterizada por un acusado descenso de los precios que se ha congelado en el último semestre, no le ha ido a la zaga el comportamiento de los costes del alquiler de vivienda en la capital onubense, con un desarrollo muy similar aunque con una pronunciada estabilización sobre todo en el último cuatrimestre. En concreto, el precio del alquiler en la capital onubense se contrajo en julio un 0,3% hasta rebajar el coste medio intermensual de 5,39 euros/m2 a 5,37 euros/m2, en tanto que la variación del último trimestre fue del 0,1% y a nivel interanual experimentó una contracción del 0,4% desde los 5,43 euros que se registraron en julio del pasado año.

Como en la provincia, la cota máxima en el importe de los arrendamientos en la capital onubense se alcanzó en pleno boom del ladrillo y sin rastro aún de la inminente crisis que se avecinaba, en abril de 2008 mayo, cuando alcanzó los 7,42 euros al mes por metro cuadrado, un valor sensiblemente inferior al registrado en el conjunto de una provincia a causa del tirón vacacional, especialmente de la costa. Desde que se marcó su techo histórico, el importe de las rentas fue reduciéndose paulatinamente salvo esporádicos incrementos mensuales pero de una forma menos acusada que en la provincia. Así, en los últimos seis años ha experimentado un ajuste continuo hasta estabilizarse en el último ejercicio, en el que marcó su mínimo histórico con 5,15 euros/m2 en los meses de agosto de 2014 y enero de 2015. A partir de entonces, el precio del alquiler experimentó un leve incremento hasta consolidarse en el último cuatrimestre en torno a los 5,4 euros por metro cuadrado, confirmado así una leve recuperación que lo sitúa en valores similares a los de los años 2013 y 2014 tras acumular un retroceso desde su cima histórica del 27,6%.

La radiografía de la evolución del precio del alquiler en la provincia, sin embargo, no casa al 100% con la que maneja el presidente de la Asociación de Agencias Inmobiliarias de la provincia, Adolfo Camacho, menos optimista, aunque augura un cambio de tendencia tras el verano.

"El precio del alquiler no ha subido e incluso podría decir que ha bajado un poco porque no se ha adaptado aún al precio de mercado a nivel nacional. Para ser más concisos podríamos decir que está en marea muerta, se ha estabilizado, y opino que será a partir de septiembre u octubre cuando pueda haber pequeños repuntes o intentos de que suba un poco a causa de una mejor situación económica", subraya Camacho, para quien la exigencia de mayores garantías y la negociación del precio del alquiler son algunos de los factores que lastran los precios.

"La clave para que no suba es que ahora en los alquileres el arrendador exige muchas garantías que antes no pedía al arrendatario. Ahora te exigen un contrato, la fianza, avales, nóminas...casi el 95% de los contratos ya requiere de unas garantías que no se pedían antes y eso es un filtro que criba a los demandantes, con lo que esa falta de inquilinos es la que provoca que, entre otras razones, el precio no suba", explica.

Asimismo, el presidente de la patronal de las inmobiliarias recela de la fiabilidad de los precios ofrecidos los portales del sector en internet ya que "el 100% de los precios se negocia", con lo cual, "aunque veamos un precio de referencia, no es el definitivo ya que el alquiler está sujeto a negociación y normalmente siempre se rebaja; no hay una demanda tan grande y una oferta tan pequeña como para que suba, con lo que al haber mucha oferta el precio no sube y por eso en los últimos 3 o 4 años siempre ha ido bajando".